Cuestiones Pedagógicas,
1(33), 2024, 29-48
ISSN
0213-7771
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Buena Gobernanza, Transparencia y
Calidad en las Facultades de Comunicación
Good Governance, Transparency and Quality in
Communication Faculties
María-Pilar Cousido-González
Universidad Complutense de Madrid
cousidop@ucm.es
https://orcid.org/0000-0002-4828-5901
Ángel Luis Rubio
Universidad Complutense de Madrid
alrubio@ucm.es
https://orcid.org/0000-0002-3943-846X
Cristóbal Fernández-Muñoz
Universidad Complutense de Madrid
cristfer@ucm.es
https://orcid.org/0000-0002-0201-7741
Resumen: Esta investigación es un paso más en
la búsqueda de los niveles de calidad más
elevados para la Facultad de Ciencias de la
Información de la Universidad Complutense de
Madrid y en la definición del proceso de su
articulación.
Es la cuarta investigación consecutiva del actual
Equipo Decanal que incide, en esta ocasión, en
el buen gobierno de la Institución y en la
transparencia de sus actividades, en un contexto
nacional determinado por sesenta Facultades de
Comunicación en España en una práctica
comparada que permita establecer el lugar
exacto que ocupa nuestra Facultad en términos
de buen gobierno y qué objetivos debería
marcarse a corto y medio plazo para incrementar
sus opciones de escalar en el ranking QS, al
identificar y evaluar aspectos que
tradicionalmente han sido ajenos a las
preocupaciones de los gestores de las
Facultades de Comunicación españolas.
Abstract: This work is a further step in the search
for the highest levels of quality for the School of
Communication at Complutense University of
Madrid (Spain) and in the process of its
implementation. It is the fourth project proposed
by the current Dean's Team that affects, on this
occasion, the good governance of the Institution
and the transparency of its activities. The national
context is made up of sixty Faculties of
Communication in Spain. The international
context, discretionally shaped by the research
group, is influenced on by the good work of other
Schools, Units, Departments of Communication
of the QS ranking. This is a comparative and
empirical practice that allows us to identify the
exact place where our School lies in terms of
good governance. In addition, we will present
what objectives should be set in the short and
medium term to increase its chances of climbing
the QS ranking. We will do it by identifying and
evaluating aspects that have traditionally been
Recibido: 03/04/2024 | Revisado: 08/04/2024 | Aceptado: 27/05/2024 |
Online First: 15/06/2024 | Publicado: 30/06/2024
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Un resumen analítico revela que el número de
entidades observadas ha sido 59, en el ámbito
nacional, incluyendo la de la Universidad
Complutense de Madrid, devenido ente de
referencia. En el ámbito nacional, nos
encontramos con 30 Facultades blicas y 29
privadas. Estas cifras suponen que el 50% de las
Facultades de Comunicación de España están
financiadas con recursos públicos. Ese es el
caso, en concreto, de la Facultad de Ciencias de
la Información de la Universidad Complutense de
Madrid.
alien to the concerns of the managers of the
Spanish Schools of Communication, as can be
clearly anticipated by analyzing the websites of
the very same Schools.
An analytical summary reveals that the number of
entities observed was 59 at the national level,
including the Complutense University of Madrid,
which has become a reference body. At the
national level, there were 30 public schools and
29 private schools. These figures mean that 50%
of the Schools of Communication in Spain are
financed with public resources. This is the case,
in particular, of the School of Communication at
the Complutense University of Madrid.
Palabras clave: Derecho constitucional,
Comunicación, Gobernanza, Transparencia,
Educación de calidad
Keywords: Constitutional law, Communication,
Governance, Transparency, Quality Education.
Introducción
Esta investigación es un paso más en la búsqueda de los niveles de calidad
más elevados para la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad
Complutense de Madrid y en la definición del proceso de su articulación.
Es la cuarta investigación consecutiva del actual Equipo Decanal que incide, en
esta ocasión, en el buen gobierno de la Institución y en la transparencia de sus
actividades, en un contexto nacional determinado por sesenta Facultades de
Comunicación en España en una práctica comparada que permita establecer el lugar
exacto que ocupa nuestra Facultad en rminos de buen gobierno y qué objetivos
debería marcarse a corto y medio plazo para incrementar sus opciones de escalar en
el ranking QS, al identificar y evaluar aspectos que tradicionalmente han sido ajenos
a las preocupaciones de los gestores de las Facultades de Comunicación españolas,
como puede anticiparse con claridad si se analizan los sitios web de las mismas.
El buen gobierno, la buena gobernanza, se identifica, a menudo, con las buenas
prácticas. Xosé Antón Sarmiento Méndez se hace eco de la definición de Jokin Alberdi
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Buena Gobernanza, Transparencia y Calidad en las Facultades de Comunicación
de lo que podríamos calificar como un concepto jurídico indeterminado: “Forma de
ejercicio del poder (…) caracterizada por rasgos como la eficiencia, la transparencia,
la rendición de cuentas, la participación de la sociedad civil y el estado de derecho,
que revela la determinación de (….) utilizar los recursos disponibles a favor del
desarrollo económico y social (…)”.En este mismo trabajo se recogen palabras de la
Profesora de Derecho Constitucional de la Universidad Complutense de Madrid
Piedad García-Escudero, quien subraya que las modificaciones normativas sólo
surten los efectos pretendidos cuando hay voluntad política de renovación, no ya en
cuanto a las funciones de los órganos colegiados, sino en cuanto a la transparencia y
a la ética de los actores políticos, en este caso, de los actores de la política académica.
Tal voluntad es la que da lugar a este estudio, que solo puede interpretarse como un
prolegómeno de la actuación de sus autores en los próximos meses y años, con la
mirada puesta en la innovación y la calidad. Como aclaran Castro Spila, Barrenechea,
Ibarra y Txapartegi, la gestión pública tradicional, histórica, de la universidad y, por
inclusión, de las Facultades de Comunicación, dificulta el cambio interno que se
precisa para impulsar la innovación y la calidad que exigen los tiempos actuales, lo
cual supone una actuación en materia de gobernanza académica que oriente a las
Facultades de Comunicación hacia la transferencia de resultados de sus
investigaciones, hacia la multidisciplinariedad y hacia la internacionalización mediante
el uso e impulso de metodologías innovadoras y clásicas renovadas: casos de estudio,
simulaciones, grupos de discusión, ayudas económicas a las propuestas de mejora,
redes de contacto, adaptación de infraestructuras y logística de las Facultades de
Comunicación a una sociedad en red, fomento de la creatividad, sólida base teórica,
transformación de valores, entrevistas, talleres, organización de eventos, seminarios,
miniproyectos, entrenamientos cortos, prácticas curriculares, incorporación del
alumnado a proyectos de investigación desde el primer año con reconocimiento de
créditos, gamificación, grupos interdisciplinares de docentes, refuerzo de las tutorías
personalizadas, programas de movilidad habituales. Este proceso de adaptación a los
cambios revolucionarios que vivimos exige cambios en la gestión de las Facultades,
hacia una gobernanza abierta e inclusiva, en la que se escuche a asociaciones,
empresas, al sector público, a los alumnos, docentes y autoridades académicas. Esta
gobernanza facilita la inserción de la Facultad en su entorno físico, geográfico, y
genera una red de contactos que los alumnos, a menudo, son incapaces de lograr por
solos y que pueden manejar cuando entran en el mercado laboral. Es la
horizontalidad propia de la gobernanza actual y la multidisciplinariedad que rompe con
el modelo histórico de compartimentar de forma estanca a los estudiantes en función
de sus gustos e intereses. La gobernanza hoy tiene que abrir las Facultades de
Comunicación a todas las áreas del conocimiento e impulsar la cooperación
interfacultativa.
El profesor Daniel Innerarity destaca que el término “gobernanza”, en boca de
todos actualmente, emerge ante la crisis que vivimos a todos los niveles. De hecho,
detecta el autor que, a la hora de proveer bienes públicos, como sería, en nuestro
caso, la Educación Superior, se están produciendo circunstancias que componen el
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contexto en que estos bienes públicos tienen que ser ofertados. Así, la globalización
económica, la sociedad del conocimiento, los estilos de vida individualizados y la
europeización.
Labraña, Rodríguez-Ponce y Pedraja-Rejas llevan la gobernanza al terreno de
la Educación Superior para subrayar los dos aspectos que la expresión viene
cubriendo: la política pública de Educación Superior y la gestión institucional, que
resumen en dos términos: poder y participación. Los estudiosos diferencian tres tipos
históricos de gobernanza universitaria: la estatal, la académica y la de mercado, hoy
en crisis a causa de la complejidad de la revolución tecnológica. Hoy, señalan, la
“buena gobernanza” alude a la visión, normas e incentivos gubernamentales
destinados a asegurar la calidad, el gasto adecuado de los recursos y la respuesta
autónoma a los desafíos en materia de docencia, investigación e innovación. Abarca
la transparencia, el comportamiento ético y las sanciones a los transgresores, que
garantizan la integridad académica. Los autores proponen como concepto de
gobernanza universitaria el conjunto de los “procesos de toma de decisiones que
involucran relaciones de competencia o cooperación entre actores locales, nacionales,
regionales y/o globales con el propósito de influir en el financiamiento y regulación de
los sistemas de educación superior (…) y en las reglas que organizan el proceso
decisional sobre estas materias”.
Ante tales determinantes contextuales, la Política, y no digamos ya, el Derecho
que, por naturaleza, debe seguir a la propia evolución fáctica, sea social, económica,
política o tecnológica, están respondiendo con lentitud a problemas desconocidos
hasta ahora que afectan al espacio público. Brunner y Alarcón subrayan que,
precisamente, la Educación Superior es esencial en el avance de los objetivos de
desarrollo sostenible mediante la enseñanza, la investigación y la divulgación. A través
de estos tres tipos de acciones se acelera la inclusión y diversidad, se aúnan planes
de estudio con necesidades y carencias sociales y se catapulta a profesionales
formados en el manejo de las herramientas tecnológicas que, no sólo hacen más
productivas nuestras comunidades, sino más vivibles, más responsables y
comprometidas con todas las capas sociales y con el conjunto de la sociedad mundial.
En línea similar se manifiestan Gallegos y Sánchez Jara que destacan que la rápida
obsolescencia de la tecnología plantea a la Universidad, a las Facultades, como reto
clave no ya formar en el “saber científico acumulado” sino “formar para que el alumno
aprenda a aprender (…) entender un estar en el mundo”. La presión del capital, del
mercado, sobre la universidad para que genere conocimiento aplicable y rentable
obliga a renovar el modelo de Universidad y de Facultad como entes generadores de
un conocimiento cuyo valor es superior al de los movimientos financieros. Gallegos y
Sánchez Jara consideran que el predominio del conocimiento como valor de mercado
cuestiona la autonomía universitaria, de hecho, y provoca una redefinición institucional
que afecta a programas de estudio y evaluación y que, aun tratándose la educación
superior de un bien público, los requerimientos económicos y políticos privatizan su
actual planteamiento en la medida en que las empresas transnacionales fijan los
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objetivos de la investigación académica. La nueva gobernanza universitaria, no
obstante, debería moverse entre atender a las necesidades de un mercado manejado
por unas cuantas empresas tecnológicas y atender críticamente a las necesidades de
los diferentes grupos sociales. La instrumentalización de la investigación universitaria
es denunciada también por Labraña, Rodríguez-Ponce y Pedraja-Rejas.
En la dimensión concreta de la gobernanza de la Educación Superior, Brunner
y Alarcón plantean que la falta de uniformidad de los planes de estudio, acuciados por
una realidad cambiante a cortísimo plazo, inalcanzable en su velocidad, y presionados
por la industria y el comercio, urgidos por encontrar profesionales que la universidad
no logra proporcionar con la rapidez requerida, genera una tensión constante y una
falta de coordinación entre los gobiernos, los mercados y las universidades. Los
autores citados lamentan el aumento de intervencionismo estatal en la academia,
contra la autonomía históricamente propia de la universidad. Esta presencia del
Estado se traduce en apoyo financiero que, lejos de ser un alivio, se convierte en un
método de control de la universidad. La obligada rendición de cuentas actual puede
llegar a ser una explicación sobre la medida en que las universidades siguen los
dictados de los gobiernos, con frecuencia alejados de los fines genuinos de estas altas
instituciones y notoriamente politizados y serviles, incluso, ante los lobbies
tecnológicos.
Es la necesidad de pensar y de actuar de forma diferente ante las innovaciones
la que está llevando a la sustitución del rmino “gobierno” por el rmino
“gobernanza”. Esta sustitución indicaría que la Política, tal como la hemos conocido
durante varios siglos, no logra anticipar escenarios ni formular proyectos que traigan
orden al caos que estamos viviendo.
En estas circunstancias, la “gobernanza” trataría de recuperar “la fuerza
configuradora y transformadora que la política está perdiendo”, incluyendo la política
educativa. El paso del “gobierno (académico)” a la “gobernanza (académica)” debe
entenderse como una oportunidad tanto para la acción política, educativa, por
ejemplo, como para la expresión de “energías sociales”. Por eso, la “smart
governance” no es vertical, jerárquica, autoritaria o unilateral. Es participativa,
comunicativa, confiada, heterogénea. Obliga al entendimiento y al debate y a la toma
de decisiones compartida. García Magariño califica a la gobernanza como un modo
de gobernar en el que el gobierno, la sociedad civil y el tejido empresarial se unen
para gestionar lo público. En concreto, el gobierno (pongamos por caso el Decanato
de las Facultades que estudiamos aquí) es el agente que ha de crear los espacios en
que interactúen los otros actores.
Todos estos principios han sido incluidos en el tesauro elaborado por este
equipo y quedan reflejados en los diez ítems o indicadores comprehensivos
seleccionados para medir la posición en que se encuentra la Facultad de Ciencias de
la Información UCM con respecto a las otras Facultades españolas.
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Brunner y Alarcón identifican cuatro zonas de trabajo en materia de “multigobernanza”
que contribuirían a aumentar el compromiso de la universidad con la sociedad
tecnificada actual: en primer lugar, la internacionalización de la gobernanza
académica, atendiendo no únicamente a las indicaciones estatales, autonómicas o
locales, sino a las supraestatales; en segundo lugar, la pluralidad de fuentes a
considerar en la configuración de la docencia, la investigación y la gestión, en
detrimento de la verticalidad e impulsando la horizontalidad: asociaciones de
docentes, de discentes, familias, agentes blicos, además del Estado, la Comunidad
Autónoma y el Ayuntamiento; en tercer lugar, la apertura al diálogo sobre todos los
temas que preocupan a la sociedad; finalmente, la regulación, coordinación y auditoría
de los frutos de estas interacciones nuevas.
En las Facultades de Comunicación españolas actuales, se advierten en los
planes de estudio los condicionamientos normativos estatales y autonómicos. Tales
diseños debieran contemplar el aggiornamento temático y metodológico, dentro del
respeto a la libertad de cátedra y a la autonomía universitaria. La falta de controles
genuinamente objetivos y rigurosamente académicos a todos los niveles lastra los
contenidos de nuestras Facultades y las convierte en viejas escuelas incapaces de
lanzar al mercado a profesionales de vanguardia. Los gestores públicos de la
Educación Superior tendrían que arbitrar medidas, herramientas y recursos
financieros que, en un contexto colaborativo y coordinador con instituciones públicas
y privadas de Educación Superior, permitieran formar a los profesionales de la
comunicación que se precisan para ayudar al resto de la sociedad a leer, analizar e
interpretar críticamente los cambios tecnológicos, sociales, económicos y culturales
de la revolución actual.
Nuestro objetivo, como ha sido definido, es ver en qué punto de cumplimiento
de la buena gobernanza se encuentra nuestra Facultad y qué estrategias a corto y
medio plazo debería poner en marcha para merecer el calificativo de “líder éticoen
buen gobierno, capaz, no solo de afrontar las innovaciones y cambios sociales,
políticos, económicos y tecnológicos, sino capaz de anticiparse a todos ellos. Subyace
a este objetivo la creencia de que la sociedad, en general, y la universidad, más en
concreto, se encuentra, en el siglo XXI, en un momento de transformación profunda
en cuestiones de gestión y de gobierno debido a la innovación constante en el terreno
de las Tecnologías de la Información y la Comunicación que, como indica Sarmiento
Méndez, son el motor de los cambios legales y administrativos que vemos actualmente
o que intuimos.
Como especifica este mismo autor, trayéndolo a nuestro país y recogiendo lo
apuntado por el Grupo de Investigación en Psicología del Consumidor y Usuario de la
Universidad de Santiago de Compostela (Grupo USC-PSICOM), en relación con el
buen gobierno hay, al menos cinco principios sicos: el acceso a la información, la
participación, la colaboración, la evaluación y el control externo. Intentemos ahora
evaluar la realidad de la gestión académica a nivel nacional, sin perder de vista que
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todos ellos son la base de un modelo de gobernanza democrática que refuerza la
confianza de la comunidad, en este caso, universitaria, a la que se dirige con respecto
a sus gestores.
Metodología
El marco de referencia nacional ha estado compuesto por las siguientes
Facultades:
Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades (Universidad a Distancia de
Madrid UDIMA; Facultad de Comunicación, Ciencias Sociales y Jurídicas (Universidad
del Atlántico Medio); Facultad de Filosofía y Letras (Universidad de Alcalá de
Henares); Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales (Universidad de
Alicante); Facultad de Ciencias de la Comunicación (Universitat Autónoma de
Barcelona); Facultat d’Informació i Mitjans Audiovisuals (Universitat de Barcelona);
Facultat de Filología i Comunicació (Universitat de Barcelona); Facultad de
Humanidades y Comunicación (Universidad de Burgos); Facultad de Filosofía y Letras
(Universidad de Valladolid Campus de Valladolid); Facultad de Ciencias Sociales,
Jurídicas y de la Comunicación (Universidad de Valladolid Campus de Segovia);
Grado en Comunicación y Relaciones Públicas (ESIC University); Licenciatura en
Comunicación y Relaciones Públicas (EU Business School); Facultad de Ciencias
Sociales (Universidad Europea Miguel de Cervantes); Bachelor in Communication
Studies at European College for Liberal Studies; Facultad de Comunicación y
Documentación (Universidad de Granada); Facultad de Ciencias de la Comunicación
(Universidad Internacional de Cataluña); Facultad de Ciencias Humanas y Sociales
(Universidad Jaume I); Facultad de Letras (Universidad de Lérida); Facultad de
Empresa y Comunicación (Universidad Central de Cataluña); Facultad de Ciencias
Sociales y de la Comunicación (Universidad de Vigo); Facultad de Letras (Universitat
Rovira i Virgili); Facultad de Ciencias Sociales (Universidad de Salamanca); Facultad
de Comunicación y Ciencias Sociales (Universidad San Jorge); Facultad de Ciencias
de la Comunicación (Universidad de Santiago de Compostela); Facultad de
Comunicación (Universidad de Sevilla); Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas
(Universidad Villanueva); Bachelor in Business Communication at United International
Business School; Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación (Universidad
de La Laguna); Facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación (Universidad
San Pablo CEU); Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación (Universidad
de Cádiz); Facultad de Comunicación y Humanidades (Universidad Camilo José
Cela); Facultad de Humanidades, Comunicación y Documentación (Universidad
Carlos III); Facultad de Comunicación (Universidad de Castilla-La Mancha); Facultad
de Humanidades y Ciencias de la Comunicación (Universidad CEU Cardenal Herrera);
Facultad de Ciencias de la Información (Universidad Complutense de Madrid);
Facultad de Ciencias de la Comunicación (Universidade da Coruña); Facultad de
Ciencias Sociales y Humanas (Universidad de Deusto); Facultad de Comunicación y
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Ciencias Sociales (Universidad de Zaragoza); Centro Adscrito San Isidoro
(Universidad Pablo de Olavide); School of Social Sciences, Communication and
Humanities (Endicott College - CIS University Madrid); Facultad de Ciencias de la
Comunicación (Universidad Francisco de Vitoria); Facultad de Turismo (Universidad
de Girona): Facultad de Ciencias de la Comunicación (Universidad de Málaga);
Facultad de Comunicación y Documentación (Universidad de Murcia); Facultad de
Comunicación (Universidad de Navarra); Facultad de Comunicación y Artes
(Universidad de Nebrija); Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación
(Universidad del País Vasco); Facultad de Comunicación (Universitat Pompeu Fabra);
Facultad de Comunicación (Universidad Pontificia de Salamanca); Facultad de
Comunicación y Relaciones Internacionales Blanquerna (Universitat Ramón LLull);
Facultad de Ciencias de la Comunicación (Universidad Rey Juan Carlos); Facultad de
Empresa y Comunicación (Universidad Internacional de la Rioja); Grado en
Comunicación (Universidad Internacional de Valencia); Facultad de Ciencias Sociales
y de la Comunicación (Universidad de La Laguna); Faculty Marketing &
Communication (GBSB Global); Facultad de Filología, Traducción y Comunicación
(Universidad de Valencia); Facultad de Ciencias Sociales y Humanas (Universidad de
Loyola); Grado Comunicación e Información (Universidad Oberta de Catalunya);
Bachelor in Communication and Digital Media (Instituto de Empresa); Centro
Enseñanza Superior Alberta Giménez (CESAG - Universidad de las Islas Baleares).
Un resumen analítico de los entes objeto de estudio pone de manifiesto lo que
sigue: el número de entidades observadas ha sido 59, en el ámbito nacional,
incluyendo la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense
de Madrid, que se convierte en el ente de referencia. En el ámbito nacional, nos
encontramos con 30 Facultades públicas y 29 privadas (vid. ANEXO I). Estas cifras
suponen que el 50% de las Facultades de Comunicación de España están financiadas
con recursos públicos. Ese es el caso, en concreto, de la Facultad de Ciencias de la
Información de la Universidad Complutense de Madrid.
Una vez delimitado el marco subjetivo, fue decisión del grupo elaborar un
tesauro relacionado con el ámbito del buen gobierno que permitiera identificar las
fortalezas y debilidades de la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad
Complutense de Madrid, en relación con sus pares nacionales, públicas y privadas.
Trabajos previos de investigación y fuentes doctrinales, que se han citado y
presentado en el corpus teórico de este estudio, permitieron establecer el siguiente
tesauro: Portal de transparencia; Código de conducta; Código de buenas prácticas;
Buen gobierno; Buena Gobernanza; Buenas prácticas; Transparencia; Acceso a la
información; Privacidad; Oficina ética; Misión; Principios y/o valores; Guías de buenas
prácticas; Guías éticas; Integridad científica (autoría, propiedad intelectual);
Confianza; Plan de acceso y participación (sugerencias); Uso de cámaras de
vigilancia; Copyright/derechos de autor/propiedad intelectual; Protección de datos;
Política de libertad de expresión; Agenda de los miembros del gobierno institucional;
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Estatutos con principios de buen gobierno; Recomendaciones éticas; Política de
investigación responsable; Libertad de cátedra; Liderazgo ético; Políticas y protocolos
de no discriminación y acoso; Cumplimiento normativo de buen gobierno; Política de
sostenibilidad; Protocolo COVID.
En conjunto, 33 indicadores que nos permitirán establecer la posición exacta
de nuestra Facultad en términos de “buen gobierno”, a nivel nacional. Para ello, cada
indicador se valora con 1 punto, cuando la Facultad dispone del indicador en cuestión.
Si se llegara a cumplir con el indicador mediante remisión a la Universidad, la
puntuación se reduciría a 0,5. En la medida en que no se ha dado la posibilidad a las
universidades nacionales de añadir “otros” indicadores en el formulario, se acordó
premiar a las 50 universidades con 1 punto extraordinario.
Tras aplicar un formulario Google compuesto por los mencionados 33
indicadores a los sitios web de las Facultades (ANEXO II), se pudo concluir que una
selección de los 10 indicadores o ítems más comprehensivos favorecería una
comparativa atinada sobre el enfoque ético de las Facultades de Comunicación
españolas que permitiera detectar qué estrategia debería diseñarse para mejorar el
buen gobierno y la transparencia procedimental, lo que claramente repercutiría en la
calidad del centro.
Este análisis se acompañó del envío de una encuesta con 10 preguntas
sencillas que se ve más abajo. Se dirigió a los tres sectores de la comunidad CCINF
de la Universidad Complutense de Madrid, es decir, a los estudiantes (a sus
representantes en la Junta de Facultad), a los docentes (a los directores de
Departamento, Sección y a los Coordinadores de Unidades Departamentales) y al
personal administrativo (a todo el PAS). Con esta encuesta se pretendía ver qué grado
de interés o complicidad hay entre los miembros de nuestra comunidad y respecto del
buen gobierno, en su sentido más amplio.
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Los diez ítems o indicadores más comprehensivos han resultado ser:
1. ¿Existe PORTAL DE TRANSPARENCIA?
2. ¿Hay referencia a PRINCIPIOS Y/O VALORES?
3. ¿Hay referencia a la BUENA GOBERNANZA?
4. ¿Hay referencia al ACCESO A LA INFORMACIÓN?
5. ¿Hay referencia a la PRIVACIDAD?
6. ¿Hay referencia a la INTEGRIDAD CIENTÍFICA?
7. ¿Hay referencia a la LIBERTAD DE EXPRESIÓN?
8. ¿Hay referencia a POLÍTICAS DE NO DISCRIMINACIÓN?
9. ¿Hay referencia a POLÍTICA DE SOSTENIBILIDAD?
10. ¿Hay referencia a otros ITEMS? [detallarlos]
Se acordó establecer el aprobado en la mitad de la máxima puntuación
obtenible; así, al aplicar los 33 indicadores, el aprobado estaría en 16 puntos,
renunciando al decimal en favor de las Facultades. En el caso de los 10 indicadores,
el aprobado estaría en 5 puntos; superar la puntuación de 5 o de 16, según el caso,
significaría estar en la senda correcta hacia el buen gobierno y cualquier puntuación
a partir de esa sería positiva. En sentido contrario, cualquier puntuación por debajo de
5 o de 16, según el caso, indicaría que habría que reforzar el buen gobierno
institucional y la transparencia.
En el análisis de los sitios web de las universidades, se acordó que solo hay
una forma de entender las políticas de buen gobierno transparentes y es cuando la
visibilidad de la información o del dato es clara. A mayor inversión de tiempo para
identificar un ítem o una política, menor calidad de gobierno académico y mayor
opacidad. Aquí, se podrá ver en algunos casos representativos cuáles de los 10 ítems
deben ser reforzados en las Facultades comparadas; así, la Facultad de Humanidades
y Comunicación de Burgos, que ocupa el primer lugar en cuanto a cumplimiento de
estándares de buen gobierno, con una puntuación de 18/33, en gran parte debido a
las remisiones que realiza a la web de la universidad, precisa incorporar a sus pautas
de gobierno la referencia a la libertad de expresión, a una Oficina Ética, a la confianza
(“trust”) como elemento cohesionador de la comunidad, a la existencia o no de
cámaras de vigilancia o, si es un objetivo, al liderazgo ético en el sector de la
comunicación autonómica o nacional.
Por lo que se refiere a la planteada propuesta de estrategias encaminadas a
mejorar el buen gobierno de la Facultad UCM, se considerará un plazo cortísimo y un
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plazo medio (3 años), descartando la definición de una estrategia a largo plazo, que
excede la duración de este mandato decanal.
La estrategia que el grupo identifica como adecuada para la Facultad de
Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid se centrará, por
un lado, en la potenciación del buen gobierno, y, por otro, en potenciar la
transparencia. En ambos casos, tanto en relación con los procedimientos
generalmente utilizados en la Facultad, como en relación con los procesos de garantía
de calidad, en concreto.
Resultados y discusión
A. Aplicación de Formulario; Prospección: Facultad de Ciencias de la
Información UCM vs. Otras Facultades Nacionales
Así, y a partir de aquí, se abren varias sendas de análisis:
Nivel de buen gobierno de la Facultad de Ciencias de la Información UCM en
relación con las otras Facultades de Comunicación españolas
La aplicación del formulario de 33 preguntas que se anunciaba con el nombre
de “tesauro” (arriba) da como resultado el gráfico que se muestra. En él pueden verse
en color verde las Facultades públicas y en color rojo, las Facultades privadas. Los
números orientan acerca de cuántos indicadores de los 33 presentados fueron
satisfechos, directamente, por las diferentes Facultades (1 punto en cada caso), o,
indirectamente, por sus Universidades (0,5 puntos, en cada caso). Así, si la primera
posición es ocupada por la Facultad de Humanidades y Comunicación de Burgos,
pública, es porque su grado de cumplimiento alcanza 18 puntos, siendo la máxima
puntuación 33, como se ha indicado anteriormente. Esto supone que prácticamente la
mitad de los indicadores no son cumplidos por la Facultad. En concreto, la Facultad
de Burgos se refiere a la transparencia, al acceso a la información, a la misión,
contiene valores o principios, alude al acceso/participación, a la protección de datos y
se refiere al protocolo COVID. Indirectamente, es decir, remitiendo a la Universidad,
dispone de un portal de transparencia, de un código de conducta, ético, de buenas
prácticas, se refiere al buen gobierno, buena gobernanza, buenas prácticas y a sus
guías, a guías éticas, a la privacidad, a la integridad científica, a los derechos de autor,
a la agenda institucional, hay referencia estatutaria a principios de buen gobierno, a
recomendaciones éticas, a una política de investigación responsable, a la libertad de
cátedra, a la no discriminación ni acoso, al cumplimiento normativo y a la
sostenibilidad.
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En cambio, con únicamente 1 punto, se encuentra en último lugar la Facultad
de Ciencias Sociales de la Universidad Europea Miguel de Cervantes.
Figura 1
Ranking de Universidades Nacionales (Análisis completo sobre 33 ítems Universidades Públicas vs
Universidad Privadas)
Si situamos el aprobado en 16/33 puntos, la zona media, observamos, en
primer lugar, que ninguna Facultad privada de Comunicación logra aprobar. La
Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid
tampoco lo haría, al haber obtenido 14 puntos y ocupar un décimo puesto. La
diferencia entre la Facultad de la Universidad de Burgos y la Facultad de Ciencias de
la Información UCM estriba en que frente al cumplimiento de indicadores mencionado
arriba en el caso de la Facultad de Humanidades y Comunicación de Burgos, en la
Facultad de Ciencias de la Información UCM se cumplen 10 indicadores, en la web de
la propia Facultad (hay portal de transparencia, hay menciones a la transparencia, al
acceso a la información, a la privacidad, al acceso/participación, a la protección de
datos, a la libertad de expresión, a las agendas institucionales, al protocolo COVID, a
las políticas de no discriminación ni acoso). En cambio, las carencias se centran en
16 indicadores distintos, a saber, no hay referencias a un código ético, a la buena
gobernanza, no hay una Oficina Ética, ni hay alusión a la misión ni a principios/valores,
ni a guías éticas o de buenas prácticas, ni a la integridad intelectual en la investigación,
tampoco a la generación de confianza en la comunidad CCINF, ni a cámaras de
vigilancia, ni a derechos de autor, ni a principios de buen gobierno o a
recomendaciones éticas, a la libertad de cátedra, al liderazgo ético o al cumplimiento
normativo en materia de buen gobierno.
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Buena Gobernanza, Transparencia y Calidad en las Facultades de Comunicación
La única Facultad madrileña de Ciencias de la Comunicación que tiene un
mayor grado de buen gobierno, en conjunto, que la Facultad Complutense de Ciencias
de la Información es la de Alcalá de Henares, aunque tampoco ésta logra aprobar en
esta ocasión, a pesar de ser bien conocido que obtuvo un Diploma a la Universidad
Pública Más Transparente en el año 2014, posición que revalida en la Comunidad
Autónoma de Madrid. La diferencia entre la Facultad de Filosofía y Letras de Alcalá
(16 puntos) y la Facultad Complutense de Ciencias de la Información (14 puntos) se
asienta en que las carencias en la de Alcalá se centran tan solo en 6 indicadores (la
Oficina Ética, la integridad científica, la mención de si se usan o no las cámaras de
vigilancia, la publicación de las agendas institucionales, la referencia a un eventual
liderazgo ético). Y logran su posición, precedente a la de UCM, pese a que solo se
contienen 2 indicadores en la web de la Facultad (protocolo COVID, plan de
acceso/participación). El resto de los indicadores están presentes indirectamente, al
reenviarse a la universidad.
Si el análisis se centra ahora en los 10 indicadores que el grupo de investigación
ha entendido comprehensivos de todos los demás, observamos un cambio sólo ligero
pues es notable que, otra vez, las cotas de incumplimiento de indicadores de “buena
gobernanza” se encuentren, principalmente, entre las Facultades de Comunicación
privadas. Así, si fijamos el estándar más elevado en 10 puntos, vemos que la máxima
puntuación alcanzada por las primeras dos mejores Facultades es 6,5 puntos. Como
se ha anticipado, el aprobado, en este caso, estará en 5 puntos. Por lo tanto vemos
que son 12 las Facultades de Comunicación que alcanzan estándares positivos, todas
ellas, públicas. Todas las Facultades de Comunicación privadas y 19 Facultades
públicas tienen aún un trabajo intenso que realizar para acomodarse a los niveles de
gobernanza que la sociedad parece exigir a las instituciones y corporaciones del siglo
XXI.
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Figura 2
Ranking de Universidades Nacionales (Análisis sobre 10 ítems Universidades Públicas vs Universidad
Privadas)
Son la Facultad de Filosofía y Letras, de la Universidad de Valladolid Campus
de Segovia y la Facultad de Ciencias de la Información, de la Universidad
Complutense de Madrid las que, con igual puntuación, ocupan los dos primeros
puestos. A una distancia respetable (con 4,5 puntos) se encuentra la Facultad de
Humanidades y Ciencias de la Comunicación de la Universidad San Pablo CEU, la
segunda de las Facultades madrileñas en grado de cumplimiento de valores de buen
gobierno. Los 3 últimos lugares están ocupados, con igual puntuación (1,00) por la
Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Europea Miguel de Cervantes, por el
European College for Liberal Studies y por el CIS University Endicott International,
estos últimos también con estudios de comunicación, a los cuales referimos este
análisis. La distancia entre las dos primeras Facultades y las tres últimas se explica
por lo siguiente: Endicott Internacional solo contiene, indirectamente, un indicador
relativo a la misión de la institución; el European College por Liberal Studies contiene
el indicador de misión y el indicador de protocolo COVID; la Facultad de Ciencias
Sociales de la Universidad Europea Miguel de Cervantes no cumple ningún indicador.
Nivel de buen gobierno de la Facultad de Ciencias de la Información UCM en
relación con las Facultades de Comunicación de la Comunidad Autónoma de Madrid,
públicas; privadas; públicas y privadas.
En el gráfico que sigue, pueden verse las Facultades de Comunicación
españolas compartiendo igual color por Comunidades Autónomas. Se han
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Buena Gobernanza, Transparencia y Calidad en las Facultades de Comunicación
considerado tanto las Facultades públicas como las privadas. Observamos, si
seleccionamos las Facultades de la Comunidad Autónoma de Madrid, que el orden de
cumplimiento del mayor número posible de indicadores de buen gobierno es el que
sigue: La Facultad CCINF de la Universidad Complutense, en primer lugar; a
continuación, y en el orden que se transcriben, la Facultad de Filosofía y Letras de la
Universidad de Alcalá de Henares, la Facultad San Pablo CEU, la Facultad de la
Universidad Carlos III, la Facultad de la Rey Juan Carlos y los estudios de la Global
Business School in Europe. Todas estas Facultades y estudios de comunicación
alcanzan el aprobado en términos de buen gobierno.
Figura 3
Ranking de Universidades Nacionales por Comunidades Autónomas (Análisis completo sobre 33 ítems)
Por el contrario, deben emprender la senda del buen gobierno para adaptarse
a los estándares actuales en este terreno la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas
de la Universidad Villanueva, la Facultad de Comunicación y Humanidades de la
Universidad Camilo José Cela, la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la
Universidad Francisco de Vitoria, la Facultad de Comunicación y Artes de la
Universidad Antonio de Nebrija, la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades de
la Universidad a Distancia de Madrid, los estudios de la United International Business
School, los del European College for Liberal Studies y, finalmente, los de CIS
University Endicott Internacional.
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Discusión
El gráfico que sigue permite identificar los indicadores más respetados por las
Facultades de Comunicación de España en cuanto a los 10 criterios considerados
más comprehensivos del buen gobierno, a saber, la privacidad, las políticas de
protección destinadas a evitar el acoso en nuestra comunidad, los principios y valores,
la política de sostenibilidad, la integridad científica en las investigaciones o respeto
de la autoría ajena, el acceso a la información, la existencia de un Portal de
Transparencia, la buena gobernanza como norte ético y la política de libertad de
expresión, todos estos aspectos se encuentran explicitados de una u otra forma en
los sitios web de las Facultades de Comunicación analizadas. La explicitación
considerada relevante, como se decía anteriormente, es la que no exige más de 3
clics para su identificación y, sin necesidad de acudir, supletoriamente, a las políticas
de gobernanza de la propia universidad.
Si revisamos ahora el grado de cumplimiento de los indicadores más
comprehensivos por parte de la Facultad UCM en relación con la importancia que el
conjunto de las Facultades de Comunicación españolas les otorga, vemos que
nuestra Facultad debería mejorar en los siguientes aspectos:
a. Principios/valores, que no se encuentran incorporados a la web de la Facultad,
b. Política de sostenibilidad, ajena a la web CCINF,
c. Integridad científica o respeto de la autoría y
d. Referencia a la buena gobernanza como parte del norte en la gestión académica.
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Buena Gobernanza, Transparencia y Calidad en las Facultades de Comunicación
Figura 5
Criterios de análisis con mayor presencia (en % sobre 10 criterios). Incluidas las Universidades Nacionales
e Internacionales
El planteamiento, como es nuestro principal objetivo, atendiendo, además, a las
respuestas de los miembros de nuestra comunidad CCINF, en una práctica de
escucha activa característica del buen gobierno, de una ESTRATEGIA a corto y
medio plazo adecuada debería incluir los pasos que se proponen a continuación y
que deben ser articulados por el Equipo de gobierno:
A. A CORTO PLAZO (en el plazo de un año natural):
a. Publicar las agendas de los eventos periódicos de cada órgano de gobierno con
antelación anual. Se propone hacerlo al tiempo que se ofrece el calendario del año
siguiente. [ANEXO III]
b. Trasladar la ubicación del Portal de Transparencia de la Facultad de Ciencias de la
Información a una posición más visible. Actualizar la estructura y contenido.
B. A MEDIO PLAZO (en el plazo de tres años naturales)
a. Centralizar la publicación de las evaluaciones, los datos y resultados estandarizados
de todas las titulaciones en el órgano de gobierno de la Facultad en busca de la mayor
coherencia posible.
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b. Supervisar su publicación y actualización permanentes desde el órgano de gobierno
de la Facultad.
c. Publicar agregadamente los resultados de la evaluación de la docencia de la
Facultad, por Departamentos, Secciones y Unidades.
d. Publicar un Código de Buen Gobierno que incluya el mayor número posible de
indicadores aquí analizados.
e. Trasladar a la Facultad el Código Ético UCM y adaptarlo a la comunidad CCINF.
f. Institucionalizar encuestas en la comunidad CCINF sobre la percepción que tiene la
misma de su gobernanza, calidad y transparencia, en particular.
g. Ampliar los procedimientos de escucha de los miembros de la comunidad y adoptar
sus sugerencias, cuando sean pertinentes y posibles.
Figura 4
Ranking de Universidades Nacionales por Comunidades Autónomas (Análisis sobre 10 ítems)
La comparación entre el grado de cumplimiento máximo (6,5) por parte de la
Facultad UCM y el grado de cumplimiento de la última Facultad madrileña que
aprueba, a saber, la Facultad de Filosofía y Letras de Alcalá de Henares (5) revela
que mientras que la Facultad de Alcalá únicamente dispone de dos indicadores
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propios, el plan de acceso y participación, por un lado, y el protocolo COVID, por otro,
la Facultad de Ciencias de la Información UCM dispone de portal de transparencia, de
referencias a la transparencia, al acceso y a la privacidad, hay un plan de acceso y
participación, una referencia a la protección de datos y a la libertad de expresión,
también a la agenda institucional y a la no discriminación y, finalmente, al protocolo
COVID. La razón por la que la distancia es tan corta (6,5 puntos frente a 5 puntos) es
que la Facultad de Alcalá se remite a numerosos indicadores de la propia Universidad.
Esto sucede con todos los demás indicadores, salvo con el liderazgo ético, la agenda
institucional, la confianza (“trust”), la integridad investigadora y la Oficina Ética.
Ninguno de estos indicadores es recogido ni por la Facultad ni por la Universidad. En
el caso de la Facultad UCM hay hasta 16 indicadores no atendidos, pero el peso de
los que sí están incorporados a la web de la propia Facultad la catapultan al segundo
puesto de entre todos los de las Comunidades Autónomas y al primero de entre las
universidades madrileñas.
Entre las dos primeras Facultades de Comunicación españolas, en materia de
buen gobierno (Universidad de Valladolid Campus de Segovia y Ciencias de la
Información UCM y las tres últimas la diferencia es abismal, la que va de 6,5 puntos a
1 punto.
Podríamos destacar que entre las 12 únicas Facultades que aprueban el
análisis de los 10 indicadores comprehensivos de todos los demás hasta 33, se
encuentran 3 Facultades castellanoleonesas, 2 madrileñas y 3, catalanas. Además se
encuentran la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de La
Coruña, la Facultad de Ciencias Sociales y de Comunicación de la Universidad de
Cádiz, la Facultad de Ciencias Sociales y de la Comunicación, de la Universidad de
La Laguna y la Facultad de Económicas y Empresariales de la Universidad de
Alicante.
Conclusiones
En primer lugar, la innovación, la multidisciplinariedad y la internacionalización
emergen asociados a la calidad y al buen gobierno de las universidades, en su
conjunto, y de las Facultades de Comunicación, en particular, en el siglo XXI. Se trata
de objetivos a alcanzar en un contexto de horizontalidad, libertad de tedra y
convivencia de la autonomía universitaria y de coordinación estatal en un ajuste fino
que permita responder a las demandas del mercado y al impulso de la transferencia
del conocimiento y de la capacidad de analizar críticamente los cambios sociales,
culturales y tecnológicos que vivimos.
Y, en segundo lugar, el buen gobierno de las Facultades de Comunicación como norte
ético ha de conjugar el respeto, la promoción y la garantía de la privacidad, de las
políticas de protección destinadas a evitar el acoso en nuestra comunidad, de los
principios y valores compartidos, de la política de sostenibilidad, de la integridad
científica en las investigaciones o respeto de la autoría ajena, del acceso a la
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información, de la existencia de un Portal de Transparencia y de la libertad de
expresión.
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