evista Comunicación, Vol. 22, N.º 2, año 2024, pp. 62-81
DOI: https://doi.org/10.12795/Comunicacion.2024.v22.i02.05
// ARTÍCULO
Periodismo televisivo en Brasil: nuevas prácticas y procesos de producción después de la pandemia de COVID-19
Television journalism in Brazil: new practices and production processes after the COVID-19 pandemic
Gustavo Teixeira de Faria Pereira
Universidad Federal de Juiz de Fora, Brasil
Recibido: 30 de enero de 2024
Solicitud de modificaciones: 7 de marzo de 2024
Aceptado: 12 de julio de 2024
Resumen
El objetivo de este estudio es observar los cambios ocurridos en el ámbito del periodismo televisivo brasileño en el escenario después de la pandemia del COVID-19. La investigación adoptó como abordaje metodológico el análisis documental, tal como lo describe Gil (2008), posibilitando la identificación de las modificaciones en el periodismo televisivo en el contexto de la pandemia y, adicionalmente, se utilizó el análisis de materialidad audiovisual, propuesto por Coutinho (2016; 2018), a través de la investigación de cinco ediciones de dos programas informativos emitidos por Rede Globo, destacada como la principal estación de televisión de Brasil: Jornal Nacional, el principal y más antiguo noticiero de Globo, y MG1, un noticiero local del estado de Minas Gerais, elegido porque se inserta en un contexto más regional y que se caracteriza por la proximidad a los ciudadanos, como ocurre con otros noticieros locales de Rede Globo. El periodo delimitado para el análisis comprende la semana del 8 al 13 de mayo de 2023, representando la primera semana tras la declaración oficial del fin de la pandemia por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Los resultados preliminares indican una serie de transformaciones que fueron asimiladas durante el período de pandemia –como se puede observar en otros estudios sobre el tema– y que continúan influyendo en el escenario del periodismo televisivo brasileño después del COVID-19, integrándose como elementos constitutivos de la noticia televisiva.
Palabras clave: periodismo televisivo, múltiples pantallas, credibilidad, desinformación, procesos y prácticas de producción.
Abstract
The objective of this study is to observe the changes that occurred in the field of Brazilian television journalism during the scenario after the pandemic of COVID-19. The research adopted as a methodological approach the Documentary Analysis, as described by Gil (2008), making it possible to identify the modifications in television journalism in the context of the pandemic and, additionally, the Audiovisual Materiality Analysis, proposed by Coutinho (2016; 2018), was used, through the investigation of five editions of two news programs broadcast by the Globo Network, Jornal Nacional, Globo’s main and oldest news program, and MG1, a local news program in the state of Minas Gerais chosen because it is inserted in a more regional context and which is characterized by proximity to citizens, as occurs with other local news programs of Rede Globo. The period delimited for the analysis covers the week of May 8th to 13th, 2023, representing the first week after the official declaration of the end of the pandemic by the World Health Organization (WHO). The preliminary results indicate a series of transformations that were assimilated during the pandemic period –as can be seen in other studies on the subject– and that continue to influence the Brazilian television journalism scenario after COVID-19, becoming part of the constituent elements of television news.
Keywords: television journalism, multiple screens, credibility, disinformation, production processes and practices.
1. Introducción
Los avances tecnológicos y la ampliación de las posibilidades de comunicación en el entorno digital han provocado importantes transformaciones en el periodismo televisivo. Con la incorporación de nuevas pantallas y el uso de las redes sociales y otros espacios digitales en la producción de contenidos, los periodistas necesitan adaptarse y producir material para diferentes plataformas, incluidas las digitales (Mello Silva 2017).
Además, la pandemia de COVID-19 impuso medidas sanitarias que afectaron varias actividades, entre ellas el periodismo. Los resultados de la pandemia han tenido un impacto directo en la producción de contenidos televisivos, requiriendo una adaptación en las rutinas de producción, especialmente en lo que respecta a la sincronización entre audio y video.
En este escenario, más que transformaciones sufridas por el periodismo televisivo, se identifican cambios tanto en los modos de la producción de noticias, aumentando así la dependencia del software y promoviendo lo que Túñez-López, Vaz-Álvarez y Fieiras-Ceide (2020) denominan periodismo remoto, como en el consumo de contenidos, principalmente a través del entorno digital, que proporciona la emergencia de nuevos actores sociales digitales y de nuevas tendencias en el uso del video, algo que se pudo observar no solo en Brasil, sino también en países como España (Miranda-Galbe 2023); la actuación de algoritmos y bots, y la propagación de materiales sin la debida verificación, elementos orientadores de las rutinas periodísticas, lo que nos lleva a una «pandemia de desinformación» (Falcão y Souza 2021; Wermuth et al. 2022).
En este sentido, el objetivo de este trabajo es comprender cómo las rutinas de producción periodística se han visto modificadas con los avances tecnológicos y en un contexto después de la pandemia, teniendo en cuenta el rol del periodismo como «cuarto poder» (Sodré 1999; Albuquerque 2009), capaz de supervisar los tres poderes del Estado (ejecutivo, legislativo y judicial) y de ser el guardián de las noticias, entregando siempre información con la debida investigación y credibilidad.
De esta manera, buscamos promover un estudio exploratorio sobre las modificaciones de las rutinas periodísticas con la pandemia del COVID-19, profundizando en el periodismo televisivo y sus potencialidades. La elección se justifica por el hecho de que la televisión está presente en el 95,5 % de los hogares brasileños, seguida de internet, que está en el 90 % de los hogares brasileños (Ibge 2022).
El camino metodológico pasa por dos etapas: la primera es el análisis documental (Gil 2008), que nos ayudará en la etapa de recolección de materiales y definición de recortes de investigación; y la segunda consiste en el análisis de la materialidad audiovisual (Coutinho 2016; 2018), que busca analizar el producto audiovisual en su conjunto, considerándolo como una unidad y evaluando no solo el contenido textual, sino también los elementos paratextuales que componen las narrativas.
2. Escenario actual del periodismo televisivo tras la pandemia del COVID-19
Si durante mucho tiempo el término periodismo televisivo estuvo asociado a la transmisión de imágenes y sonido periodísticos a través del espectro radioeléctrico, con las innovaciones y expansiones tecnológicas es posible resignificar el término y hacerlo más fiel a su significado real. De acuerdo con Finger, Emerim y Cavenaghi (2017), la combinación de «tele + periodismo» es la representación de un periodismo hecho para ser distribuido «hacia y/o lejos, o incluso transmitido a lugares lejanos, mucho más que un periodismo para ser exhibido sólo en una pantalla de visualización» (Finger et al. 2017: 4), que engloba la idea de ampliar las pantallas y apropiarse de internet como un nuevo espacio de comunicación.
A partir de entonces, no solo el periodismo televisivo, sino también los demás medios masivos, comenzaron a adaptarse a este nuevo modo de comunicación y, poco a poco, comenzaron a insertarse en el contexto digital.
Haciendo un repaso a las cinco fases del periodismo televisivo: 1) periodismo televisivo hablado; 2) periodismo televisivo reportado; 3) periodismo televisivo all news; 4) periodismo televisivo convergente; 5) periodismo televisivo ampliado, Mello Silva (2017) sostiene que en la cuarta fase, denominada «periodismo televisivo convergente», las televisiones comienzan a hacer periodismo televisivo para otras pantallas, lo que se potencia con la posibilidad de una mayor difusión de contenidos y la interacción entre el productor y receptor de estos materiales a través de lo digital.
Surge entonces una quinta fase del periodismo televisivo, que el autor denomina «periodismo televisivo ampliado». Caracterizado por la incorporación y adaptación de los materiales televisivos a las nuevas pantallas, especialmente a los sitios web y las redes sociales digitales, el periodismo televisivo encuentra en estos espacios un gran potencial para ampliar su alcance y promover nuevas relaciones con el público.
Como resultado, el periodismo y los periodistas necesitan modificar sus formas de producción de contenidos, lo que plantea cambios en las rutinas de producción y representa nuevos desafíos de esta nueva forma de comunicación digital que se está estableciendo. Mientras tanto, en un contexto de pandemia mundial y de medidas de distanciamiento social, dichos cambios se aceleran y promueven a gran escala y en diferentes países del mundo (Túñez-López, Vaz-Álvarez y Fieiras-Ceide 2020).
Así, con las imposiciones sanitarias producto de la pandemia del COVID-19, como aislamiento social, uso de mascarillas y gel hidroalcohólico a gran parte de la población, reducción del contacto físico, restricción del número de personas en lugares cerrados, etc., hay un movimiento para acelerar los procesos de distribución y exhibición de productos audiovisuales en varios países del mundo, lo que también ha generado impactos momentáneos y otros permanentes para el periodismo televisivo (Formoso Barro 2022).
Sin embargo, como lo digital como nuevo medio de comunicación trae varias potencialidades, también se identifican riesgos, como la acción de los algoritmos en la dirección de contenidos bajo la justificación de una mejor adaptación a los intereses de los usuarios, la presencia de bots que actúan como ciudadanos en las redes sociales digitales y en el crecimiento de la desinformación, fenómeno que gana nuevos contornos con internet y la posibilidad de que todos los usuarios se convierten en propagadores de contenidos. En este contexto, los noticieros televisivos asumen el papel de verificador de la credibilidad y de informar a la población sobre la realidad de los hechos, incluso en un escenario adverso.
Otro impacto importante en las rutinas de producción, y que se suma a los avances tecnológicos, es la pandemia del COVID-19, que surgió en diciembre de 2019 y tuvo como principales formas de prevención el aislamiento social, entre otras precauciones de higiene personal.
Tales imposiciones sanitarias han traído varios cambios en las rutinas de producción y en las formas de hacer periodismo. Un primer cambio a destacar es la realización de videollamadas como una forma de «sustituir», aunque sea temporalmente, las entrevistas con expertos; expansión de las entrevistas en vivo como recurso para llenar el tiempo de los informativos televisivos (Rohde 2020).
También en este aspecto, como señala Rohde (2020), muchas personas comenzaron a trabajar desde casa, lo que cambió tanto las formas de investigar y verificar cómo posibilitó una ampliación de las posibles fuentes para los periodistas, ya que se hizo posible entrevistar a personas de cualquier parte del mundo en línea.
Desde el punto de vista de las imágenes, con la pandemia del COVID-19 y las dificultades de los periodistas para ir al campo, se empezaron a utilizar con mayor frecuencia dos recursos: 1) utilización de más recursos gráficos e ilustrativos para sustituir las imágenes exteriores, como consecuencia de la dificultad del reportero cinematográfico para salir a la calle y poder realizar imágenes que pudieran contribuir a la narración de historias de la vida real (Martins et al. 2020); 2) los videos realizados con teléfonos inteligentes comenzaron a ser más comunes, tanto por parte de los periodistas que grababan en sus propias casas y sin la ayuda de reporteros de cine, como por parte del público, que comenzó a contribuir a las noticias de televisión enviando materiales, movimiento que se intensificó con las dificultades de los reporteros de cine para realizar grabaciones en medio del aislamiento social (Rohde 2020).
Cabe destacar que tales cambios no solo ocurrieron en Brasil, sino también en varios países europeos, como se puede identificar a partir de los estudios de Túñez-López, Vaz-Álvarez y Fieiras-Ceide (2020). Además, dichas modificaciones también han generado impactos permanentes y han contribuido a retomar la eficiencia y productividad de antes de la pandemia, como lo refuerzan los estudios de Olivares-García, Román-San-Miguel y Méndez-Majuelos (2024).
Otro cambio que se puede destacar es el aumento del espacio de los noticieros en las parrillas de programación de las emisoras a partir de la pandemia del COVID-19, una acción necesaria para ese momento y que permitió un mayor flujo de información sobre el tema, pero que trajo reflexiones permanentes, como la ampliación de las entradas «en vivo» –especialmente en noticieros locales–, tanto en cantidad como en tiempo para las entrevistas. Este incremento se pudo observar tanto en estudios centrados en el periodismo televisivo brasileño (Mesquita y Vizeu 2020) como en el periodismo televisivo español, por lo que periodistas y fuentes especializadas acaban ganando más espacio y, al mismo tiempo, se identifica la presencia de materiales menos estructurados y más espontáneos (Díaz-Arias et al. 2021).
En este punto, un cambio a destacar es que, debido a los protocolos de bioseguridad, los entrevistados pasaron a sostener sus propios micrófonos, quitando a los periodistas la sensación de «control» de la situación, especialmente en las entrevistas en vivo, en las que el «poder» de empuñar el micrófono permite al reportero tener el control en sus manos (Barichello y Schwartz 2020).
Además de los cambios señalados, una transformación significativa en medio de la expansión tecnológica, amplificada con los impactos de la pandemia del COVID-19, fue la perpetuación del entorno digital como espacio de comunicación.
En un escenario cada vez más convergente y multimedia, los medios digitales, especialmente las redes sociales digitales, han pasado a formar parte de la vida cotidiana de millones de ciudadanos en Brasil y en todo el mundo, lo que ha generado un profundo cambio en el periodismo, que también se ha adaptado a estos nuevos espacios.
Concomitante con los avances tecnológicos en el entorno digital, la pandemia del COVID-19 ha acelerado esta necesidad de adaptación del periodismo a los medios digitales, ya que, en un escenario de pandemia y aislamiento social, los principales espacios para informar al público son los medios masivos y los medios digitales.
No obstante, de la misma manera que los medios periodísticos comenzaron a estar cada vez más conectados y presentes en el entorno digital, nuevos actores sociales también comenzaron a ocupar estos espacios, especialmente en las redes sociales digitales (Recuero 2009), lo que creó una lucha por la credibilidad y aportó un nuevo fenómeno: el de la desinformación.
3. El periodismo y sus contratos: búsqueda de credibilidad y poder
Si, por un lado, observamos que los avances tecnológicos y la posibilidad de que nuevos actores sociales digitales ganen espacio y autoridad proporcionaron un ambiente de intentos de deslegitimar el periodismo televisivo y cuestionar su papel como «cuarto poder» y vigilante de la información, por otro lado, se percibió una reafirmación de la confianza y credibilidad del periodismo, especialmente durante la pandemia (Martins et al. 2020; Caleffi y Pereira 2020), a pesar de que una parte de la población ha decidido ignorar la información y la ciencia en favor de un discurso falso y desinformativo.
Además, y junto con los cambios promovidos y acelerados por la pandemia del COVID-19, otra «pandemia» ha cobrado aún más fuerza, la de la desinformación (Wermuth et al. 2022), que está marcada por la difusión de contenidos falsos e incluso teorías conspirativas (Oliveira 2020) de forma intencionada y con la intención de engañar y reproducir mentiras para los ciudadanos. Para ejemplificar este escenario y utilizar como recorte la pandemia del COVID-19, tenemos los discursos sobre el uso de cloroquina y otros medicamentos sin pruebas científicas, los movimientos contra el aislamiento social y antivacunas (Rohde 2020), entre otros que cobraron aún más fuerza y capacidad de viralizarse en discursos del expresidente de la República, Jair Bolsonaro, principalmente desde sus propias redes sociales digitales.
Otro factor que contribuye a la «pandemia de la desinformación» o desinfodemia es la falta de control sobre los materiales que se emiten en las plataformas digitales. Un ejemplo de ello es WhatsApp, considerado un «enemigo encriptado» (Pereira y Coutinho 2022), y debido a que no hay forma de regular los contenidos que allí se emiten, se favorece la difusión y circulación de contenidos falsos sin que las agencias de fact-checking y anti desinformación tengan conocimiento de muchos de los materiales allí reproducidos.
Así, se creó un reto adicional para los medios tradicionales: no solo informar sobre la pandemia, sino también combatir la desinformación y la omisión de contenidos instructivos e informativos sobre el COVID-19, incluso por parte del Gobierno Federal. Uno de los resultados de esto fue la creación del Consorcio de la Prensa entre varios medios de comunicación que se unieron para obtener información precisa sobre las actualizaciones de casos y muertes relacionados con la pandemia del COVID-19 en todos los estados de la Federación1.
En este sentido, el periodismo vuelve a colocarse como protagonista y como guardián de la noticia, evocando su rol de fiscalizar y entregar a la población la información veraz, verificada y de interés público.
Además, también es un intento de los medios de combatir la desinformación, por lo que las agendas que buscan desacreditar y contrarrestar la desinformación se han convertido en parte de las rutinas periodísticas. Tal cambio se destaca porque con los avances tecnológicos y, sobre todo, con la pandemia del COVID-19, el periodismo se transforma y comienza no solo a producir contenidos basados en sus agendas informativas, sino también a mirar más de cerca los materiales emitidos en el entorno digital, con el objetivo de combatir los materiales desinformativos, reforzando su papel como cuarto poder (Sodré 1999; Albuquerque 2009).
4. Metodología
Con el fin de identificar si los cambios promovidos por los avances tecnológicos y la pandemia del COVID-19 se han convertido en prácticas comunes en el periodismo televisivo, echamos un vistazo a dos noticieros con diferentes coberturas, pero que se producen y transmiten en la misma cadena: Jornal Nacional, el producto noticioso más longevo de Rede Globo, con alcance y cobertura nacional y que se emite en horario nocturno, generalmente a partir de las 20:30; y MG1 Zona da Mata, un noticiero que se emite en Juiz de Fora y región que tiene cobertura local y se emite a la hora del almuerzo2.
La elección de los objetos se debe al hecho de que Jornal Nacional tiene alcance nacional y es el principal noticiero de Rede Globo, siendo transmitido en horario estelar y con los mayores rangos de audiencia y, en contraste, MG1 Zona da Mata es un noticiero local, con circulación principalmente en Juiz de Fora y la región de Zona da Mata y Campos das Vertentes de Minas Gerais. Su elección se hizo porque ofrece un contrapunto a nivel local a los contenidos nacionales, ya que, en el contexto brasileño, los formatos y las relaciones que se establecen entre los noticieros de la televisión local y nacional difieren tanto en términos de alcance como en la forma en que se acercan al público, lo que nos abre posibilidades para la experimentación y nuevas formas de producir contenidos.
Además, tales elecciones se justifican a través de datos del Digital News Report (2023), que señala que los contenidos de TV Globo, que incluyen tanto Jornal Nacional como los noticieros locales, recibieron un alcance muy superior al de otras emisoras de televisión, radio o prensa escrita, con un 41 %, lo que representa un 13 % más que el 28 % de Record TV y un 16 % más que el de TV SBT, con un 25 %.
Como metodología, adoptamos el análisis de materialidad audiovisual (Coutinho 2016; 2018), que nos ofrece un sustrato para la investigación del objeto como unidad, posibilitando el análisis de texto y paratexto en su totalidad y sin descomposiciones.
A partir de una «entrevista del objeto», como propone Coutinho (2016), establecemos tres objetivos de investigación de análisis que se interconectan con la discusión teórica realizada anteriormente en el presente trabajo: 1) los cambios en el periodismo televisivo provistos por los avances tecnológicos; 2) transformaciones del periodismo televisivo, las cuales fueron impulsadas por medidas de bioseguridad del período de la pandemia del COVID-19 (evidenciadas en la búsqueda bibliográfica y también en observaciones analíticas); 3) el periodismo televisivo como cuarto poder y como medio de comunicación basado en la credibilidad. La evaluación separada en tres ejes tiene como objetivo identificar si los cambios observados a partir de la investigación realizada a través del análisis de documentos se mantienen o no, así como detectar el panorama del periodismo televisivo en Brasil a nivel local y nacional en la primera semana después del final de la pandemia del COVID-19.
Una vez definidos los ejes de análisis, recortamos los objetos. En este escenario, hemos elegido la semana del 8 al 13 de mayo de 2023, lo que se justifica por el hecho de que fue la primera semana después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara el fin de la emergencia de salud pública global con respecto al COVID-19.
5. Resultados
A partir del análisis de las ediciones de Jornal Nacional y MG1, sumado a la investigación documental realizada con investigadores de periodismo televisivo de la Rede Telejor3, en el primer objetivo de investigación, «cambios en el periodismo televisivo provistos por los avances tecnológicos», es posible observar una serie de modificaciones provocadas por la tecnología y el entorno digital.
Echando un vistazo a Jornal Nacional, de las cinco ediciones analizadas, una primera innovación consiste en las posibilidades de recursos gráficos y tecnológicos como el uso de nuevas pantallas dentro del propio informativo televisivo.
En este sentido, destacamos el uso de imágenes realizadas por smartphones, observadas tanto en el envío de imágenes captadas por ciudadanos de a pie y reproducidas por Jornal Nacional como en el artículo que trae imágenes de los actos de invasión en el edificio de los Tres Poderes el 8 de enero de 2023, así como materiales producidos por los propios periodistas, como es posible observar en un artículo publicado el 11 de mayo por un reportero que grabó imágenes con teléfonos celulares de forma oculta para monitorear una posible acción delictiva (figura 1).
Figura 1. Grabaciones realizadas por cámaras ocultas por el equipo de reporteros.
Fuente: Globoplay
Si antes las imágenes se realizaban solo por medio de cámaras y requerían que los profesionales se desplazarán al lugar de los hechos, hoy en día nuevas posibilidades están cobrando fuerza y están presentes en los noticieros televisivos como una forma de generar credibilidad a través de la imagen, incluso cuando los equipos de Jornal Nacional no están presentes en el momento y lugar del evento.
Además, también se identifica el uso de pantallas de celulares y computadoras como recursos gráficos para ayudar en la composición de contenidos, especialmente cuando se utilizan publicaciones realizadas en redes sociales y cuando se accede a documentos y/o materiales tomados de internet.
El uso de nuevas pantallas en el periodismo televisivo (Pereira 2020) también se puede observar en materiales como el emitido el 8 de mayo de 2023, en el que Jornal Nacional muestra imágenes de una audiencia que se realizó por videoconferencia y aprovecha las imágenes y discursos de esta audiencia para construir el contenido (figura 2).
Siempre desde la perspectiva de los avances tecnológicos y la convergencia de pantallas, elemento que se ha intensificado con la pandemia del COVID-19, podemos destacar el uso de fuentes entrevistadas por videollamada, un recurso que posibilita entrevistar a fuentes a las que los informativos televisivos no tienen acceso para agendar entrevistas presenciales, y aun así puede contribuir a la construcción de narrativas.
Figura 2. Contenido recuperado de grabaciones realizadas durante una audiencia online.
Fuente: Globoplay
En una semana de noticieros televisivos, se mapean siete fuentes entrevistadas por videollamada, y, de ellas, destacamos la entrevista a Ernesto Castanheda, director del laboratorio de inmigración de la Universidad de América Latina, en el que se muestra al reportero de espaldas en el estudio y se entrevista a la fuente de manera remota, algo que aportó la expansión tecnológica, pero que también cobró fuerza como alternativa para el desarrollo de contenidos con la pandemia. A partir de esta innovación tecnológica, se identifica una variación de Jornal Nacional en la realización de entrevistas, que ahora se realizan tanto de manera presencial como remota.
Por otro lado, en la observación de MG1, de carácter local y producida por una emisora afiliada a la Rede Globo, también se identifica la apropiación de nuevas pantallas para la construcción del noticiero, lo que es posible aprehender, por ejemplo, en la edición del 9 de mayo, en la que el presentador invita al público a participar en el segmento «MG Responde» enviando preguntas en texto y video vía WhatsApp (figura 3).
Figura 3. La periodista de MG1 (a la derecha de la pantalla), junto a una especialista en salud mental materna
(a la izquierda de la pantalla), interactúa con el público a través de preguntas que llegan al WhatsApp del noticiero
en la sección «MG Responde».
Fuente: Globoplay
Dicha invitación se presenta tanto como una expansión tecnológica que ayuda en la construcción del noticiero televisivo como como una forma de generar interacción y participación de los ciudadanos con MG1, brindando más cercanía y representación.
De esta manera, es importante mencionar las imágenes de teléfonos celulares que se insertan en varias oportunidades en MG1. Como las imágenes suelen ser grabadas en vertical, el informativo utiliza diversos recursos para componer la imagen en horizontal y, por tanto, más cerca de la pantalla del televisor (figura 4). A partir del análisis, se observa que este recurso se utiliza de manera recurrente y está presente en la mayoría de las ediciones y actos con el fin de contribuir a las narrativas audiovisuales, lo cual tiene en lo visual un elemento esencial para hacer televisión.
Figura 4. Las imágenes tomadas desde teléfonos celulares y por los espectadores
ahora se incorporan a MG1 y se convierten en parte de las narrativas construidas.
Fuente: Globoplay
Así, las imágenes realizadas con smartphones ganan relevancia no solo en los envíos de materiales realizados por el público, sino también en contenidos que están en la agenda de MG1 pero que no fueron grabados por los equipos de noticias. Un ejemplo de ello ocurre el 8 de mayo, cuando el reportero presenta los goles de los partidos de fútbol y, en el caso de uno de los partidos en el que no hubo transmisión televisiva, se muestran imágenes grabadas con celulares.
Otra observación basada en las nuevas pantallas para el periodismo televisivo que se puede aprehender del análisis de MG1 es la perspectiva de convergencia mediática y periodismo televisivo expandido (Mello Silva 2017), como ocurre en la edición del 10 de mayo, en la que el presentador discute un tema y luego hace un llamado al material completo sobre G1, portal vinculado al Grupo Globo (figura 5).
Sin embargo, de la misma manera que los noticieros televisivos crean un ambiente de convergencia, condicionan al público a consumir la información en su totalidad para acceder al portal G1, lo que podría generar ruido en la información, pero que se ve como natural debido al escenario de expansión tecnológica.
Figura 5. La integración entre múltiples pantallas se incorpora de forma natural y frecuente en MG1.
Fuente: Globoplay
Pasando al objetivo de investigación 2, «transformaciones del periodismo televisivo las cuales fueron impulsadas por medidas de bioseguridad del período de la pandemia del COVID-19», hacemos hincapié en que, a pesar de las similitudes con el objetivo de investigación 1, decidimos separarlo intencionalmente y delimitar modificaciones que se intensificaron debido a la necesidad impuesta por el distanciamiento social.
Dicho esto, la primera observación, que está presente tanto en Jornal Nacional como en MG1, es el aumento de imágenes y entrevistas realizadas con dispositivos tecnológicos, algo que se intensificó con la pandemia del COVID-19; como en el momento de la pandemia gran parte de la población se encontraba en aislamiento social, esto obligó al periodismo televisivo a utilizar este recurso con mayor recurrencia para continuar con su producción.
En el caso de Jornal Nacional, identificamos las entrevistas por videollamada como el principal legado de la pandemia. Si antes los reporteros buscaban fuentes más cercanas y disponibles, lo que hacía más factible que los equipos de reporteros viajaran y grabaran, desde la necesidad de reinventarse con la pandemia del COVID-19, la práctica de entrevistas a través de pantallas se ha hecho más presente en el periodismo televisivo, incluso en el noticiero de mayor audiencia del Grupo Globo, lo que, en una semana de programación, dio como resultado siete materiales con entrevistas realizadas por videollamada. Un ejemplo de ello es la figura de abajo (figura 6), en la que el periodista se sitúa en la escena junto a la pantalla de un televisor en la que se inserta la fuente a entrevistar.
También se observa un reflejo de la pandemia, en la que fue necesario reducir el número de profesionales en las calles y la rotación de equipos, y pensando en el menor desplazamiento de equipos, como es el uso de estudios y redacciones periodísticas como escenarios para la realización de pasos de periodistas, algo observado tanto en Jornal Nacional como en MG1, como se puede ver en la figura de abajo (figura 7).
Figura 6. Las entrevistas por videollamadas se han vuelto frecuentes en Jornal Nacional.
Fuente: Globoplay
Conjuntamente, otro tema que fue simbólico para el periodismo y que se flexibilizó es el hecho de que los entrevistados puedan sostener su propio micrófono. Símbolo del control del tiempo y la cadencia para los periodistas, especialmente en las transmisiones en vivo, la opción de que las fuentes sostuvieron su propio micrófono pasó de ser una forma adicional de seguridad durante la pandemia a una opción adicional para que los periodistas grabaran contenido sin tener que estar en el lugar de la historia.
Finalmente, un cambio significativo en el periodismo televisivo, especialmente a nivel local, fue la expansión de la cobertura en vivo. Una particularidad del período de pandemia fue la ampliación del espacio y el tiempo de los noticieros televisivos, lo que fue importante para traer más información y actualizaciones sobre el COVID-19 y resultó en más tiempo en vivo, ya que en un escenario de aislamiento social las historias en el exterior se hicieron más difíciles de desarrollar.
Figura 7. El uso del estudio o redacción comenzó a utilizarse como escenario
para componer narrativas después de la pandemia.
Fuente: Globoplay
Figura 8. Durante el análisis, se identificó una presencia significativa de imágenes
en vivo durante las transmisiones de las diferentes ediciones de MG1.
Fuente: Globoplay
Sin embargo, incluso después del fin oficial de la pandemia del COVID-19 a nivel mundial, esta característica se mantuvo fuerte en el periodismo televisivo local, como podemos aprehender del análisis de MG1 y se ejemplifica en la figura 8. Sumando las seis ediciones del noticiero, que suman poco más de 6 horas de programación, se identifican 57 entradas en vivo de reporteros en el exterior o siendo llamados al estudio, lo que suma unas 2 horas y 56 minutos.
Esta opción se justifica porque permite que el noticiero utilice parte de su tiempo sin tener que producir una gran cantidad de materiales, permite un mayor diálogo con los presentadores y además transmite una idea de credibilidad y confianza al público cuando conversa en vivo con una diversidad de expertos en los temas que están en la agenda del noticiero.
Llegando al objetivo de investigación 3, «el periodismo televisivo como cuarto poder y como medio de comunicación basado en la credibilidad», lo que se observa es que, como se revela a través del análisis de documentos de esta obra, los noticieros televisivos buscan reforzar sus posiciones como autoridades y espacios de credibilidad, a lo que atribuimos el sobrenombre de cuarto poder, que sería precisamente el periodismo como guardián de las noticias y de los ojos y oídos de la sociedad sobre un tema tan importante y delicado como el COVID-19.
En el caso de MG1, la perspectiva de vivir y traer a un gran número de expertos ofrece a la audiencia la sensación de estar informada sobre una variedad de temas. En el caso de Jornal Nacional, hay una lucha más frontal en defensa de la credibilidad del periodismo. Un ejemplo de ello es el artículo publicado el 10 de mayo, en el que se presentan datos de la Encuesta de la Asociación Brasileña de Emisoras de Radio y Televisión que apuntan a violaciones a la libertad de expresión dirigidas a profesionales de la prensa y el material que tiene como tema el proyecto de ley de fake news, que gana espacio en Jornal Nacional a partir de noticias falsas provenientes de grupos de Telegram, servicio de mensajería instantánea basado en la nube que funciona como una red social digital.
En este sentido, Jornal Nacional trae contenidos en los que explica cómo se está desarrollando el proyecto de ley, revela mensajes obtenidos por el equipo de Jornal Nacional sobre mensajes falsos en Telegram y también trae datos que prueban el aumento de las violaciones a la libertad de expresión, con el fin de posicionarse como una fuente creíble para la población (figura 9).
Figura 9. La noticia publicada por Jornal Nacional aborda el proyecto de ley de fake news
y trae datos con el fin de legitimarse y posicionarse como un medio de comunicación creíble.
Fuente: Globoplay
Además, los noticieros televisivos buscan en todo momento reforzar el periodismo como lugares de credibilidad e información, ya sea a través de materiales en los que los periodistas coadyuven en la investigación de delitos, como ocurre en los contenidos emitidos por Jornal Nacional el 12 de mayo, o a través de paneles como «MG Responde», en los que las noticias traen temas relevantes de interés público para que la ciudadanía adquiera más conocimientos sobre los temas.
Por último, algo que se observa tanto en Jornal Nacional como en MG1 es la presencia de materiales de inspección y recogida por parte de las autoridades públicas, aunque no de forma explícita ni incisiva. En el caso de Jornal Nacional, se abordan temas como los deslizamientos ocurridos en el nordeste de Brasil o el aumento de la deforestación en el Cerrado (figura 10), lo que apunta a una falla de las autoridades públicas locales para resolver el problema. Por otro lado, en MG1 es posible identificar intentos de acercar el noticiero televisivo a las agendas cotidianas y que se acerquen a la ciudadanía, lo que incluye temas que fiscalizan y exigen rendición de cuentas a los otros poderes.
Esta forma de prestación y supervisión de servicios, identificada tanto en Jornal Nacional como en MG1, revela este intento de los noticieros televisivos de posicionarse como medios creíbles que ejercen poder sobre la sociedad y sobre los tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial.
En esta medida, si, por un lado, señalamos en los objetivos de investigación 1 y 2 los cambios en el periodismo tras la pandemia del COVID-19, lo contrario ocurre en el objetivo de investigación 3, ya que se observan intentos de que los noticieros televisivos reafirmen sus roles como guardianes de las noticias y medios de comunicación creíbles, lo que los acreditó como confiables en medio de varios medios masivos y digitales que durante la pandemia se colocaron como fuentes de información para la población.
Figura 10. Jornal Nacional presenta datos que confirman el aumento de la deforestación en el Cerrado y exige a las autoridades responsables resolver el problema.
Fuente: Globoplay
6. Conclusiones
Como resultados preliminares, señalamos que aun con los avances tecnológicos y la reciente expansión digital, tanto la pandemia del COVID-19 como la «pandemia de la desinformación» han puesto de manifiesto la importancia de un periodismo profesional comprometido con la verdad y la credibilidad periodística.
Tras el análisis de Jornal Nacional y MG1, sumado a las observaciones aprehendidas de la investigación bibliográfica, es posible aprehender que la mayoría de los cambios en el periodismo televisivo que se produjeron con los avances tecnológicos o con la pandemia se quedan en un escenario post pandemia y sin la existencia de medidas de bioseguridad por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Un primer punto es la incorporación de las nuevas pantallas al periodismo televisivo, algo que se percibe en el uso de los celulares para realizar grabaciones y construir historias, recopilar información de las redes sociales digitales, que se convierten en «fuentes de información» para los noticieros televisivos, entre otros (Olivares-García, Román-San-Miguel y Méndez-Majuelos 2024).
En este sentido, se observa que las nuevas pantallas ofrecen una ampliación de posibilidades de fuentes y cobertura para el periodismo televisivo, además de aumentar las escalas para la producción de contenidos, posibilitando que el periodismo pueda abarcar nuevos temas que antes no eran posibles, lo que se reitera con características como las entrevistas por videollamadas y con el envío de contenidos por parte del público.
Por otro lado, a medida que los noticieros televisivos reciben más materiales y viajan con menos frecuencia a las fuentes y a cubrir las historias, se observa una disminución de la interacción más cercana con los entrevistados y los escenarios de los hechos, lo que podría generar nuevas aprehensiones por parte de los periodistas. Además, en la medida en que el noticiero utiliza mensajes, fotos y videos como parte de las narrativas que se construyen, incentivando a los televidentes a enviarlos, se produce un aumento del «periodista sentado» (Neveu 2006; Pereira 2006), que se refiere a un periodismo hecho cada vez más en redacciones y menos en las calles, lo que también perjudica los procesos de verificación, esenciales para el periodismo (Lage 2008).
Otra marca es la ampliación de las entrevistas a expertos, ya que tras el análisis es posible identificar una gran cantidad de materiales en los que los periodistas utilizan las opiniones de los expertos –ya sea por entrevista externa o videollamada– para consolidar y reafirmar la calidad y credibilidad de los contenidos.
En el caso del periodismo televisivo, en el que el video es esencial para reforzar la confianza del público en el contenido, es posible inferir que «la credibilidad del discurso informativo televisivo en plena era digital se recupera en la medida en que los noticieros televisivos se legitiman como más aptos para informar veraz/fidedignamente los acontecimientos del mundo» (Caleffi y Pereira 2020: 81). De esta manera, si bien existe una gran cantidad de materiales que circulan en el entorno digital, los contenidos ganan legitimidad cuando son reproducidos y verificados por el periodismo televisivo.
Sin embargo, las transformaciones en la forma misma de hacer periodismo, así como el aumento de la circulación de noticias falsas en las redes sociales y la intensificación del uso de las plataformas digitales como fuente de información, han desafiado a los medios a reafirmarse como instituciones confiables e indispensables. Al observar el contexto brasileño, esta ha sido una preocupación creciente, como es posible identificar en los proyectos de ley 2.630/20204, conocido como proyecto de ley de noticias falsas, que tiene como objetivo reforzar la responsabilidad de los productores de contenido en el combate a la desinformación, así como exigir más transparencia en las redes sociales digitales, y el 2.768/20225, que prevé la organización y el funcionamiento de las plataformas digitales y propone la regulación de los mercados digitales.
En este contexto, es fundamental que el periodismo televisivo no solo se adapte a los cambios tecnológicos y sociales, sino que también mantenga los parámetros de calidad y credibilidad, sin perder la esencia de ofrecer información veraz y relevante a la sociedad. Sin embargo, este refuerzo de credibilidad se pone en entredicho a la vez que se detecta un crecimiento del «periodismo sentado» (Neveu 2006; Pereira 2006), sobre todo en el periodismo de la televisión local, pero que también gana espacio con las entrevistas por videollamada en Jornal Nacional.
Así, debido al dinamismo del periodismo televisivo, así como del escenario digital, es importante continuar con observaciones y estudios que puedan debatir las prácticas periodísticas en un escenario de inteligencia artificial y la acción de los algoritmos como fundamentales para la circulación de contenidos en los medios digitales, además de que es fundamental que el periodismo televisivo sigue situándose como un espacio para combatir la desinformación y que tiene la credibilidad como pilar fundamental de la democracia.
En este sentido, es posible inferir que las tecnologías que se han incorporado al periodismo televisivo necesitan de análisis más específicos para que podamos tener una percepción real de los beneficios y perjuicios que estos cambios han ocasionado al periodismo, teniendo en cuenta que algunos de ellos, como las entrevistas a través de videollamadas, se utilizaron inicialmente por una necesidad y, actualmente, siguen presentes en los noticieros.
Finalmente, cuando observamos el escenario actual de convergencia mediática y la creciente apropiación de lo digital para la pantalla de televisión, se observa que tanto los avances tecnológicos como la pandemia del COVID-19 han contribuido a una aceleración de cambios en las rutinas periodísticas, sin que necesariamente hayan sido discutidos y se haya reflexionado sobre su pertinencia y riesgos. Además de la gran cantidad de contenidos que se emiten y circulan en formato digital, parte de estas apropiaciones pueden alejarse de las premisas del periodismo, especialmente en lo que respecta a la investigación, y también se incrementan los riesgos de que los informativos televisivos promuevan contenidos desinformativos y fuera de contexto.
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2 Cabe destacar también que los productos periodísticos del Grupo Globo están disponibles en línea y son de acceso gratuito, a través de la plataforma Globoplay, que facilita y posibilita el análisis e investigación académica, algo que no se puede conseguir en otros canales de televisión.
3 Red de investigadores en periodismo televisivo en Brasil que realiza producciones sobre el tema desde 2005.
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