Revista Comunicación, vol. 21, Nº 1, año 2023, pp. 138-142

DOI: https://doi.org/10.12795/Comunicacion.2023.v21.i01.09

// RESEÑA de INNOGEN

Guía de innovación docente con perspectiva de género en Comunicación

Rosario Ostos Carrera

rostoscarrera@gmail.com

Universidad de Sevilla

INNOGEN, Guía de Innovación Docente con perspectiva de género en Comunicación

Sara Rebollo-Bueno y María Sánchez-Ramos

Editorial Universidad de Sevilla

Sevilla

2022

95 páginas

El Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) obliga a aplicar en todos los estudios la transversalidad de la perspectiva de género, aunque, como señalan docentes de la Universidad de Sevilla en el prólogo, existe una gran diferencia entre introducir párrafos idénticos en los programas con este contenido y cumplirlo en el aula. Una de las consecuencias de este desequilibrio es que las tesis de doctorandas y doctorandos con perspectiva de género se reducen al 3 %, además del nulo uso del lenguaje inclusivo en títulos y resúmenes de un 94 % de las tesis. Bajo este contexto, se vuelve urgente tomar medidas para formar, concienciar y evaluar las realidades de docentes y estudiantes de la comunidad universitaria.

La innovación docente sigue siendo una “asignatura pendiente” en los centros universitarios, por ello nace INNOGEN, que recoge recursos y materiales para docentes presentes y futuros que apliquen nuevas técnicas y enfoques. Como explican las autoras, Sara Rebollo Bueno y María Sánchez Ramos, esto no es tan solo una guía de innovación docente con perspectiva de género en comunicación, sino que supone una declaración de intenciones feministas. La agenda de acción que aquí se propone parte de las sinergias generadas entre docentes de diversas redes de trabajo que ya han experimentado la puesta en práctica en el aula de nuevas dinámicas de aprendizaje que dan protagonismo a las alumnas y los alumnos, a la par que incluyen una perspectiva de género fundamental.

El siglo xxi ha visto la llegada de la cuarta ola feminista en un escenario convulso y hostil, con la desinformación y el machismo como protagonistas. Los productos culturales son una herramienta fundamental para validar o rechazar modelos de conductas y valores; se les atribuye una influencia simbólica permitiendo que se instale un régimen cultural sexista. La pedagogía feminista debe llevarse a las aulas, porque es allí donde se forma a “las nuevas generaciones de comunicadores/as, periodistas, guionistas y publicistas que diseñarán los productos culturales y la información del mañana” (p. 20).

La transversalidad de los contenidos educativos supone un importante reto democrático, aún más relevante, si cabe, en el ámbito universitario. Este lugar debe erigirse como cultivo del pensamiento crítico, donde se debe incentivar “una enseñanza bidireccional basada en una metodología que consiga poner a los y las estudiantes en el centro del proceso” (p. 23) y fomente el pensamiento crítico.

El segundo capítulo de INNOGEN lo firma la docente de la Universidad de Sevilla Ángeles Rebollo Catalán, quien propone una selección de investigaciones científicas (Noriega et al., 2020; Olszowy et al., 2020; Albertín Carbó et al., 2020; Davies y Berger, 2019 y García Pérez et al., 2013) donde se señala cómo los prejuicios de género limitan una actuación profesional adecuada en situaciones que requieren de este conocimiento experto. Así como el desconocimiento de la ley no exime de su cumplimiento, el desconocimiento de la perspectiva de género no exime al profesional de cumplirla.

El alumnado debe reflexionar sobre estas cuestiones y tomar conciencia de las consecuencias que tiene no aplicar este enfoque en su profesión. Sobre todo, por su poder de legitimación o denuncia, los medios de comunicación y los profesionales de este campo se encuentran en el centro de esta cuestión. “Reproducir estas prácticas sin la debida reflexión es participar de las anestesias sociales de un sistema patriarcal, exonerándose de su responsabilidad en perjuicio de una víctima particular —casi siempre— mujer, que no supo ni pudo denunciar su situación” (p. 31).

Para incluir la perspectiva de género en la docencia universitaria, la autora recomienda no solo transversalizar los contenidos, sino crear materias obligatorias que los aborden para paliar la discrecionalidad con la que se han tratado hasta ahora. Además, los y las docentes deben cambiar las prácticas y dinámicas que se desarrollan en clase. Para esto, la autora se apoya en la lista de control que elaboraron Jovana Trobvc y Ana Hofman (2015) con el objetivo de centrar la atención en aspectos necesarios para transformar la docencia. Por ejemplo, el uso de materiales sensibles al género, el lenguaje inclusivo, concienciar sobre las desigualdades en el mundo laboral y aliarse para impulsar cambios.

Paula Villalba, docente de la Universidad de Sevilla, retoma en el tercer capítulo la idea sobre la necesidad de una apuesta por la transversalidad del género en los programas universitarios, algo que, desde la aprobación de la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres, es obligatorio. Habla también de cómo, trabajando en innovación dentro del aula, se pueden llevar a cabo nuevas metodologías “activas y participativas donde el alumnado adquiere un rol protagonista” (p. 45) como es el caso de la gamificación.

El modelo de las escape room permite que el alumnado aumente la retención de contenidos por su participación activa en la actividad. La autora, asimismo, expone su experiencia, cuyo objetivo principal era introducir la perspectiva de género en la asignatura Gestión de los Recursos Humanos y Habilidades Directivas. También organizó una sesión con un pretest y postest para ver la evolución del aprendizaje del alumnado y una escape room virtual cuya narrativa era una competición cuya meta era ser contratados como equipo experto en igualdad entre hombres y mujeres de una empresa. Con esta metodología, consiguió involucrar al alumnado, en el que previamente destacaba “una clara falta de espíritu crítico y reflexivo y de motivación”, además de fomentar el desarrollo de la igualdad y la cooperación.

En el cuarto capítulo, María Isabel Menéndez Menéndez, de la Universidad de Burgos, comenta la importancia de conocer los contextos productivos y la subjetividad de quien construye los conceptos. La creencia de que existen discursos neutrales es una falacia que desmonta directamente la perspectiva de género. Por ello, esta debe aplicarse al campo audiovisual, donde, según Menéndez (p. 58), “existen numerosos retos a los que hacer frente desde la perspectiva crítica de género”, como son la hipersexualización femenina y el androcentrismo.

Si bien aplicar la metodología de género requiere de formación, existen métodos más populares que permiten plantearse ciertas preguntas, como es el test de Bechdel. La dibujante Alison Bechdel planteó en una viñeta tres reglas para evaluar las películas: que haya dos personajes femeninos, que hablen entre ellas y que dicha conversación no trate sobre un hombre. La gran mayoría de películas comerciales no supera el test, lo que refleja el sesgo de la industria. Otra propuesta es the smurfette principle, de la columnista feminista Katha Pollit, que también profundiza en este problema.

La innovación en este campo, unida a los gender studies de género, debe tener en cuenta el rol de las mujeres frente a los hombres, la utilización y reapropiación del espacio, la aparición o no de una feminidad normativa o una masculinidad hegemónica, entre otros elementos que permiten estudiar los productos culturales que se crean y se consumen actualmente.

Siguiendo en la línea audiovisual, Irene Raya Bravo, docente de la asignatura optativa Estudios de Género en Comunicación Audiovisual que se imparte en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla, explica que aplicar el enfoque de género en la relectura de la historia del cine se vertebra con los objetivos de engrosar el bagaje fílmico del alumnado, desarrollar una mente crítica y comprender los textos audiovisuales sin prejuicios y de forma integral.

El análisis crítico se aborda desde la male gaze, una herramienta fundamental que permite reconocer la mirada masculina en la presentación de personajes femeninos. La autora propone como ejemplos la presentación de la actriz Lana Turner en El cartero siempre llama dos veces (1946) y Lolita (1962). La revisión de películas clásicas permite reconocer la influencia de los productos audiovisuales en la audiencia y en el contexto productivo.

En este capítulo, la propuesta de innovación docente se sustenta en desdibujar la verticalidad en el aula, proponiendo debates a través de foros virtuales, introduciendo en ella ejemplos actuales que conecten con la generación que la ocupa y el uso de redes sociales para mantenerse informados. En este caso, se propicia la reflexión crítica, la capacidad de argumentación y el interés del alumno por la materia.

El sexto capítulo de esta guía expone una actividad de innovación docente en la asignatura de Creatividad Publicitaria, impartida en el grado de Publicidad y Relaciones Públicas de la Universidad de Sevilla. María del Mar Rubio Hernández señala que es una asignatura práctica en la que aplicar la teoría aprendida. La evaluación consiste en dos prácticas en las que el alumnado debe realizar dos campañas basadas en supuestos hipotéticos y una práctica final a partir de un caso real expuesto en clase por un cliente real contactado previamente por la o el docente. Durante los últimos años, este cliente es de “carácter institucional que actúan como emisores de campañas que procuran una mejora en la sociedad a través de la información y la sensibilización”, lo que se enmarcaría en la publicidad social.

En todo este trabajo se tiene en cuenta la perspectiva de género y se busca que el alumnado sea consciente de las construcciones culturales alrededor de temas como la salud sexual y el modelo de sexualidad patriarcal que se ha construido durante siglos. La implicación de los y las estudiantes permitió concluir que el modelo sexual tradicional se basa en principios de desigualdad debido al coitocentrismo y el heterocentrismo.

Esta guía la cierra la profesora Belén Zurbano Berenguer con una reflexión sobre las carencias del sistema de pensamiento hegemónico y cómo las docentes noveles propician acciones encaminadas a alcanzar una sociedad más justa. En concreto, relata la iniciativa de innovación en la asignatura Estructura de la Información del Grado en Publicidad y Relaciones Públicas de la Universidad de Sevilla, cuyos objetivos son formar una mente crítica, ofrecer conocimientos sobre la estructura de la información e impulsar el trabajo individual. Además, esta propuesta plantea un modelo de enseñanza constructivista y centrado en el aprendizaje del alumnado, aunque se encuentra en fase de testeo y persigue su discusión en la comunidad docente.

Esta actividad consiste en que el alumnado se piense y se muestre de forma creativa como una estructura, un concepto que ha sido previamente explicado en el aula. Los resultados tras tres cursos académicos son una eficaz asimilación de los contenidos, la generación de estrategias visuales de representación que permiten visibilizar interrelaciones y la identificación de estructuras y elementos que conforman a cada alumna y alumno. Además, se destaca que la variable de género siempre aparece en las exposiciones a través de relatos de violencias o temas asociados a cánones estéticos patriarcales, y se fomenta la comprensión y cohesión del grupo.

Como resumen de estas iniciativas de innovación docente con perspectiva de género se pueden destacar resultados comunes de las experiencias que estas docentes han implementado en el aula. El alumnado ha cultivado una mente crítica a raíz de la revisión de productos culturales y de la práctica en el aula de contenidos teóricos, lo que también ha permitido una mejor asimilación de esos contenidos y un cambio en el contacto con las asignaturas. Con todo este trabajo por parte de las docentes se consigue mejorar la situación actual de las universidades españolas, sin dejar de reconocer la existencia de los techos de cristal y suelos pegajosos afectan a todas las mujeres que conforman la comunidad universitaria.