Nº 68 | OCTUBRE 2025

ISSN: 1139-1979 | E-ISSN: 1988-5733

© 2025. E. Universidad de Sevilla

CC BY-NC-SA 4.0

Cómo citar: Busón, C., Chaves de Moraes, J. y Machado García Arf, L. (2025). IA y polarización emocional: análisis de un vídeo viral como narrativa de desinformación política en Brasil. Ámbitos. Revista Internacional de Comunicación, (68), 9-15.

Plataformas digitales e inteligencia artificial: vectores de desinformación, odio y adversarial abuse online

El presente dossier se inscribe en un tiempo histórico en el que la producción y la circulación de la información se han vuelto no solo mediadas, sino radicalmente condicionadas por las lógicas de las plataformas digitales y por las dinámicas de la inteligencia artificial. La sociedad contemporánea vive un proceso de intensificación de la plataformización de la vida, en el cual las interacciones cotidianas, los afectos, las prácticas políticas e incluso la imaginación colectiva se encuentran subordinadas a las arquitecturas algorítmicas y a los modelos de negocio que sostienen el capitalismo digital. Este escenario exige una mirada crítica que no se limite a diagnosticar síntomas, sino que busque comprender los nexos estructurales que hacen de la desinformación y del llamado adversarial abuse online no meros desvíos o accidentes, sino elementos constitutivos de un orden informacional en crisis.

Arendt (2011), al reflexionar sobre la mentira política, ya había advertido que la novedad de la modernidad tardía no reside en el hecho de que la política siempre haya recurrido a la distorsión de la verdad, sino en el uso sistemático y organizado de la mentira como estrategia estructural de poder. La sustitución de la verdad factual por narrativas fabricadas inaugura, en la perspectiva arendtiana, un terreno en el que la confianza social se ve erosionada y la propia posibilidad de debate democrático se pone en riesgo. El diagnóstico de la filósofa del siglo XX resuena con intensidad en el presente, en el que la lógica de la posverdad se ha consolidado como práctica difundida, legitimada no solo por líderes políticos, sino también por el ecosistema informacional que privilegia el espectáculo, la polarización y la viralización en detrimento de la veracidad.

El fenómeno se ha transformado en sistémico (Schneider, 2022) y ha permitido que las fake news y las narrativas desinformacionales se articulen con un entorno cultural que relativiza la noción de verdad y privilegia narrativas emocionalmente movilizadoras. El fenómeno no es aislado, sino que está inscrito en ecosistemas mediáticos que se valen de las brechas de regulación, de la velocidad de la circulación digital y de la lógica de la atención para moldear percepciones y manipular sociedades. En este sentido, comprender la desinformación exige no solo identificar contenidos falsos, sino analizar el conjunto de estructuras e intereses que posibilitan su surgimiento, circulación y recepción.

Se sabe que las plataformas operan en un régimen de extracción continua de la experiencia humana, transformada en datos que alimentan los mercados conductuales (Rêgo, 2025). La información, en este contexto, deja de ser solamente un bien público o un recurso comunicativo para convertirse en materia prima de una economía que se retroalimenta de la vigilancia y de la predicción conductual. La consecuencia es que la propia subjetividad de los individuos es capturada y reconfigurada por las dinámicas algorítmicas, convirtiéndolos simultáneamente en consumidores y productos de un sistema que monetiza sus interacciones, sus creencias y sus emociones.

La dimensión estructural de la vigilancia se transforma en una vía interlocutora que posibilita la creación de ecosistemas complejos que privilegian contenidos virales y que, en gran medida, terminan explotando la “miseria humana”; aquí la desinformación y las prácticas de adversarial abuse online (DiResta, 2024) son privilegiadas. Se trata del uso estratégico e intencional de las plataformas para manipular, engañar o atacar a personas y grupos, explotando vulnerabilidades algorítmicas y cognitivas. Lo adversarial, en este caso, remite tanto a las técnicas que aprovechan la opacidad de los algoritmos como a las estrategias de polarización ideológica, creando divisiones profundas en el cuerpo social. El resultado es la potenciación de un entorno digital en el que la hostilidad se convierte en regla, la cohesión social se debilita y la confianza en las instituciones se ve corroída.

La dimensión ética de este problema es profundizada por Floridi (2014), quien al trabajar la noción de infosfera muestra cómo el entorno digital debe ser comprendido en su totalidad ontológica y ética. La desinformación, en este contexto, no puede reducirse a un error comunicativo o a un problema técnico; se presenta como un desafío ético profundo que amenaza la integridad informacional necesaria para la vida democrática y para la toma de decisiones fundamentadas.

El problema, sin embargo, es que la aceleración tecnológica, analizada por Rosa (2019), añade otra capa a este escenario. La velocidad creciente de la producción y circulación de informaciones, intensificada en los últimos dos años por la inteligencia artificial generativa, compromete la posibilidad de una reflexión crítica y favorece la adhesión inmediata a contenidos que apelan a las emociones. El tiempo acelerado de las plataformas contrasta con el tiempo necesario para la deliberación democrática, profundizando la asimetría entre la lógica mercadológica de la viralización y la lógica política de la construcción de lo común.

La revelación del poder político de los algoritmos (Bucher, 2018) refuerza la idea de que no se trata solo de contenidos que circulan en las redes, sino de infraestructuras que guían de manera invisible la experiencia de los usuarios. El poder algorítmico, en este sentido, no es únicamente técnico, sino profundamente social y político, capaz de redefinir los patrones de acceso a la información y, en consecuencia, de moldear el horizonte de posibilidades de acción de los sujetos.

El desafío que se plantea, por lo tanto, es múltiple. Por un lado, es necesario reconocer que la desinformación y el adversarial abuse online no son fenómenos marginales, sino estructurales. Por otro, es imprescindible construir respuestas que no se limiten a estrategias de verificación de hechos o a la responsabilización individual de los usuarios, sino que impliquen una crítica sistémica a las lógicas del capitalismo de plataforma y a la ausencia de una regulación eficaz de las grandes empresas tecnológicas. El Global Risks Report (2024, 2025), al listar la desinformación combinada con la inteligencia artificial entre los mayores riesgos globales para los próximos diez años, refuerza que se trata de un problema civilizatorio, que amenaza no solo la calidad del debate público, sino la propia estabilidad de las democracias.

El dossier de la revista Ámbitos. Revista Internacional de Comunicación emerge en este contexto como un espacio privilegiado que reúne reflexiones que articulan perspectivas conceptuales, históricas, éticas y políticas sobre la desinformación y casos de adversarial abuse online. Los artículos aquí presentados no solo amplían el diagnóstico, sino que señalan caminos para comprender cómo los vectores digitales se entrelazan con desigualdades históricas y cómo pueden enfrentarse mediante prácticas regulatorias, éticas y sociales que preserven la integridad informacional.

Dicho esto, cabe señalar que el dossier se inicia con el artículo IA y polarización emocional: análisis de un video viral como narrativa de desinformación política en Brasil, de Carlos Busón, Jorge Chaves de Moraes y Lucilene Machado García Arf. El texto toma como objeto un episodio reciente de la comunicación política brasileña para discutir de qué manera la inteligencia artificial y la lógica algorítmica de las plataformas intensifican procesos de polarización emocional. Más que analizar un caso particular, los autores iluminan el contexto más amplio de la disputa informacional en el país, en el que símbolos religiosos, narrativas moralizantes y encuadres binarios estructuran el debate público y se articulan con la dinámica de viralización característica de las redes digitales.

El artículo sitúa la experiencia brasileña en diálogo con problemáticas más amplias de América Latina, llamando la atención sobre cómo la desinformación, al activar afectos extremos y categorías de bien y mal, debilita los espacios democráticos de deliberación. Al abrir el dossier, coloca en primer plano la necesidad de comprender la desinformación no solo como distorsión factual, sino como narrativa política estratégica, atravesada por tecnologías emergentes y disputas simbólicas que moldean subjetividades. Se trata, así, de una introducción potente a los debates que siguen, que convoca al lector a reflexionar sobre los riesgos de la plataformización de la vida pública y sobre los desafíos de construir formas democráticas de resistencia.

El segundo artículo del dossier, Inconsciente colectivo y redes sociales: la ira en el mando, de Ana Taís Martins y Francisco Santos, investiga la articulación entre inteligencia artificial, inconsciente colectivo y regímenes del imaginario. Partiendo de la perspectiva de Gilbert Durand, los autores demuestran cómo las redes sociales funcionan como vehículos privilegiados para la activación de arquetipos, entre los cuales la ira se destaca como fuerza movilizadora central. El análisis sugiere que, al ser incorporadas por algoritmos de recomendación y por lógicas de participación, esas emociones arquetípicas se convierten en combustible para dinámicas de polarización y conflicto.

El texto sitúa este fenómeno en un horizonte crítico más amplio, al mostrar que el crecimiento de las redes sociales, intensificado por las tecnologías de inteligencia artificial, no puede disociarse de estructuras simbólicas profundas que atraviesan la cultura. En este sentido, la ira deja de ser solo un dato psicológico individual para presentarse como un operador colectivo que organiza guerras culturales y captura la atención, transformándose en un recurso político y económico. El artículo evidencia, así, que las plataformas digitales no solo comunican, sino que corporifican imaginarios, instaurando un escenario en el que la emoción se sobrepone a la razón y debilita las posibilidades de diálogo democrático.

Al concluir su reflexión, los autores señalan que comprender la centralidad de la ira en el entorno digital es fundamental para pensar estrategias de enfrentamiento a los impasses actuales. Sus conclusiones sugieren que el debate público necesita ser rescatado de una lógica regida por el compromiso afectivo y recolocado sobre bases que permitan el reconocimiento de la pluralidad y la reconstrucción de la esfera pública. El artículo amplía el alcance del dossier al aportar una clave simbólica y cultural, sin la cual los diagnósticos sobre desinformación y polarización permanecerían incompletos.

El tercer artículo del dossier, Desinformación climática en YouTube Brasil: entre la racionalidad científica y el atractivo religioso, firmado por Ricardo Bolzán, Luana Cruz, Luisa Massarani, Ana Cláudia Bessa de Resende, Vanessa Fagundes y Thaiane Oliveira, se dedica a uno de los ejes más urgentes del debate contemporáneo: la circulación de contenidos engañosos sobre la crisis climática. El texto parte del reconocimiento de YouTube como espacio privilegiado de consumo de información científica en Brasil y muestra cómo esta plataforma también alberga narrativas que tensionan la racionalidad científica, contraponiéndola a discursos religiosos y moralizantes. Al focalizar el caso brasileño, los autores revelan la manera en que la desinformación climática se inserta en un ecosistema marcado por disputas entre diferentes regímenes de verdad y por una economía de la atención que privilegia contenidos polémicos y altamente atractivos.

Al mismo tiempo que denuncia el impacto de estas dinámicas sobre la comprensión pública de la ciencia, el artículo llama la atención sobre el modo en que el atractivo religioso opera como un dispositivo retórico capaz de resignificar y debilitar consensos científicos. En este sentido, se evidencia que la desinformación climática no se limita a una cuestión de datos falsos o incompletos, sino que está vinculada a la disputa de valores, identidades y creencias que se amplifican en el entorno digital. El texto contribuye, así, a ampliar la comprensión del fenómeno en el contexto latinoamericano, destacando que los desafíos del enfrentamiento a la desinformación climática exigen no solo estrategias comunicacionales eficaces, sino también una atención crítica a las interacciones entre ciencia, religión y plataformas digitales.

El siguiente texto, Origin and format of disinformation against Brazilian indigenous peoples, de Allysson Viana Martins, investiga cómo la desinformación dirigida contra los pueblos indígenas circula en los entornos digitales y de qué manera diferentes formatos mediáticos sostienen su propagación. A partir del análisis de verificaciones de la Agência Lupa entre 2018 y 2023, el autor muestra que la circulación de estas narrativas falsas encontró en las plataformas sociales sus principales vectores, con destaque para los textos compartidos en Facebook y para los videos difundidos por WhatsApp. Este enfoque revela que la desinformación contra poblaciones vulnerables no solo moviliza recursos expresivos específicos, sino que también desafía la actuación de las agencias de verificación, que necesitaron redirigir sus focos de atención más allá de las declaraciones de autoridades políticas.

Al situar el problema en la intersección entre vulnerabilidad social y manipulación informacional, el artículo resalta los riesgos particulares que enfrentan las comunidades indígenas brasileñas ante campañas de desinformación que buscan deslegitimar sus luchas e identidades. Martins evidencia que la respuesta a este escenario implica no solo la actuación de las agencias de fact-checking, sino también la formación crítica de los usuarios y la responsabilidad compartida con las plataformas digitales. La contribución del texto es, así, doble: iluminar la especificidad de los ataques informacionales contra los pueblos indígenas y llamar la atención sobre la necesidad de estrategias más amplias e inclusivas de enfrentamiento a la desinformación.

A continuación, tenemos el texto Educación mediática y periodismo en la era de la Inteligencia Artificial: una mirada sobre casos de desinformación por medio de imágenes y audios, de Rafael Sbeghen Hoff y Cristiane de Lima Barbosa, que busca articular los campos de la educación mediática y del periodismo ante los desafíos impuestos por la desinformación generada por inteligencia artificial. Los autores analizan dos casos paradigmáticos: la imagen manipulada del Papa con un abrigo puffer y el audio falso atribuido al alcalde de Manaus, mostrando cómo estos ejemplos evidencian tanto el poder de persuasión de las tecnologías de síntesis como la urgencia de prácticas críticas de lectura e interpretación. La discusión se sustenta en conceptos como ethos periodístico, alfabetización mediática y ética profesional, situando al periodismo como una instancia pedagógica capaz de ofrecer al público herramientas para decodificar los efectos de la manipulación digital.

La reflexión amplía el debate al señalar que el enfrentamiento a la desinformación no puede reducirse a iniciativas de verificación, sino que exige la integración de esfuerzos educativos, periodísticos e institucionales. Hoff y Barbosa sostienen que el periodismo, al asumir su dimensión educativa, debe contribuir a la formación de ciudadanos capaces de reconocer intereses, técnicas e impactos de la desinformación, además de reivindicar políticas públicas orientadas al fortalecimiento de la alfabetización digital. El texto sugiere que el combate a los riesgos planteados por la inteligencia artificial generativa pasa por prácticas pedagógicas continuas, capaces de consolidar una ciudadanía informada y consciente de los límites y posibilidades de la era digital.

El texto de cierre del dossier, Utilización combinada de Inteligencia Artificial y BPMS: implementación actual y retos funcionales futuros en las empresas españolas, firmado por Joan-Francesc Fondevila-Gascón, Óscar Gutiérrez-Aragón, Enrique Ortiz-Rivas y Júlia Alabart-Algueró, ofrece una contribución singular al llevar el foco de la discusión al ámbito empresarial. Los autores investigan cómo se está realizando la integración entre Inteligencia Artificial y sistemas de gestión de procesos (BPMS) en empresas españolas, revelando no solo el grado actual de implementación, sino también los desafíos funcionales que se presentan para el futuro. Esta propuesta dialoga con el conjunto del dossier al evidenciar que la desinformación y sus efectos no pueden comprenderse sin tener en cuenta las dinámicas más amplias de la automatización y de la transformación digital que configuran el mundo contemporáneo.

La investigación articula metodologías cuantitativas y cualitativas para mapear la percepción de directivos y empleados sobre los impactos de la automatización en la eficiencia organizacional y en el reposicionamiento de funciones humanas frente a las tecnologías inteligentes. Los resultados señalan que, aunque la adopción de la IA asociada al BPMS se concentra en áreas críticas de las empresas, la complejidad de implementación y los costos aún representan obstáculos significativos. En este sentido, el texto proyecta un futuro en el que el desafío no es solo técnico, sino también ético y organizacional, involucrando decisiones sobre hasta qué punto los procesos pueden y deben ser automatizados sin comprometer la centralidad de la actuación humana.

El artículo concluye el dossier recordando que el debate sobre la inteligencia artificial no se limita a los campos del periodismo, la política o la cultura digital, sino que implica igualmente la transformación profunda de la vida productiva y de la lógica empresarial. Al aportar este desplazamiento de foco, los autores contribuyen a ampliar la densidad analítica del conjunto, subrayando que los riesgos y potencialidades de la IA solo pueden ser plenamente evaluados cuando se sitúan en la interfaz entre tecnología, trabajo y sociedad. Con ello, el dossier se cierra señalando hacia un horizonte de investigaciones que, más que mapear efectos aislados de la desinformación, busca comprender la ecología compleja en la que las tecnologías inteligentes están inmersas.

¡Buena lectura!

Referencias

Arendt, H. (2019). Entre o passado e o futuro. Perspectiva.

Bucher, T. (2018). If...Then: Algorithmic power and politics. Oxford University Press. https://doi.org/10.1093/oso/9780190493028.001.0001

DiResta, R. (2024). Invisible rulers: The people who turn lies into reality. PublicAffairs.

Floridi, L. (2014). The fourth revolution: How the infosphere is reshaping human reality. Oxford University Press.

Global Risks Report (2024). Global Risks Report 2024. World Economic Forum. https://sl1nk.com/PbWmW

Global Risks Report. (2025). Global Risks Report 2025. World Economic Forum. https://l1nq.com/c33o3

Han, B.-C. (2017). Sociedade da transparência. Vozes.

Rêgo, Ana Regina (2025). A seta do Tempo: Plataformas, Inteligência Artificial e Desinformação. Mauad X.

Rosa, H. (2019). Aceleração: A transformação das estruturas temporais na modernidade. Unesp.

Schneider, M. (2022). A era da desinformação. Garamond.

Dra. Ana Regina Rêgo

Universidade Federal do Piauí (Brasil)

Dra. Clarissa Carvalho

College of the Holy Cross, Worcester, Massachusetts (Estados Unidos)